Dr. Walter Velásquez Godoy

Discursos

Discurso del Dr. Antonio Abruña Puyol, rector de la Universidad de Piura y vicepresidente del Consejo Directivo del Premio Esteban Campodónico

  • Padre Ángel Gómez-Hortigüella, Vice Gran Canciller de la Universidad de Piura
  • Doctor Robert Moniot, vicepresidente de la Fundación Clover.
  • Señor Juan Francisco Raffo, miembro de la familia del doctor Esteban Campodónico.
  • Profesor Grover Pango, exministro de Educación que presentará al galardonado de esta noche.
  • Distinguidos miembros del jurado y Consejo Consultivo, señores y señoras.

Muy buenas noches.

Es muy grato estar en esta ceremonia de entrega del Premio Esteban Campodónico, con el cual desde 1995 y de manera ininterrumpida, se reconoce a personas e instituciones, que, con su trabajo, contribuyen a mejorar la sociedad peruana, especialmente, los sectores más vulnerables.

Saludo y agradezco la presencia de todos los convocados a este evento y también a quienes, de manera virtual y desde distintas ciudades, nos acompañan; entre ellos, algunos de los ganadores de las ediciones anteriores.

De manera especial, agradezco la presencia del señor Juan Francisco Raffo en representación de la familia Campodónico y de la doctora Silvia Vallini, directora del Instituto Italiano de Cultura en Lima y representante de su embajador el Excelentísimo Señor Giancarlo María Curcio quien siempre se ha mostrado tan cercano a este premio, que lleva el nombre de un ilustre ciudadano italiano y también peruano. Por él y su recuerdo ambos países han quedado hermanados para siempre.

Agradezco también a los encargados de llevar adelante este premio, en especial al Dr. Antonio Mabres quien, desde sus inicios, hace 29 años, asumió esta tarea, como rector entonces de la Universidad de Piura y que continúa acompañando la marcha de este galardón, que cuenta siempre con el tan relevante impulso de los amigos de la Fundación Clover.

Como saben, el ganador de la vigésimo novena edición del Premio Esteban Campodónico, en el área Actividad Profesional Destacada, es Walter Jesús Velásquez Godoy, docente de educación básica en el distrito de Colcabamba, provincia de Tayacaja, región Huancavelica.

“La virtud es el premio de sí misma”, decía el poeta latino Claudiano, y es cierto, pero en el desarrollo de esa virtud, el profesor Walter Velásquez ha sabido ganarse nuestro reconocimiento y gratitud. Que estos supongan un estímulo para el premiado, y para muchos otros que afrontan retos parecidos. Que cunda el ejemplo en todo el país, para que, por medio de la investigación, de la búsqueda de respuesta a los problemas que el día a día plantea en tantas y tantas comunidades, nuestros compatriotas vean dignificada su existencia cotidiana, a través de las mejoras en educación, salud y comunicaciones.

En el curso de esta ceremonia se detallará el trabajo y las actividades por el que el Jurado de nuestro premio ha considerado otorgárselo.

Pero no quería dejar de resaltar que en el Ideario de la Universidad de Piura se señala que ésta «busca ser un referente de excelencia en la educación superior, a través de la investigación científica de vanguardia, la pedagogía innovadora y la formación de personas que se distingan por su competencia profesional, su liderazgo para la transformación social, su compromiso ético y su calidad humana» y que, por ello, aunque siempre resulta gratificante reconocer a quienes contribuyen a mejorar la sociedad peruana, especialmente, los sectores más vulnerables; en esta edición, para la universidad tiene una connotación especial, por tratarse de un docente preocupado por dotar de nuevas y mejores herramientas a sus estudiantes, promoviendo la ciencia y la investigación y reduciendo las brechas notorias en el acceso a una buena información, sin la cual difícilmente la educación de calidad dejará de ser tan solo un buen propósito.

A un año de celebrar tres décadas de este premio, concebido por la generosidad y visión de futuro del Dr. Esteban Campodónico Figallo, quisiera felicitar a cada uno de los ganadores de todas las ediciones del Premio Campodónico, por poner su trabajo cotidiano, institucional y personal al servicio de la sociedad peruana.

El profesor Velásquez ha dado motivos sobrados para participar de este selecto grupo de personas, quienes, con su ejemplo, señalan el camino para el desarrollo humano real, personal y colectivo de nuestro país.

Quisiera terminar recordando con gratitud a don Esteban Campodónico, modelo a seguir en la sociedad peruana de su tiempo y también en la de ahora.

El ideal que inspiró su vida: construir un Perú mejor para todos, permanece tan vigente y se hace tan urgente y necesario como entonces.

Muchas gracias a todos por su presencia.

Palabras del Prof. Grover Pango, exministro de Educación del Perú y miembro del Consejo Nacional de Educación

En la historia hay muchos casos de profesionales de diversos campos que destacaron en ellos gracias al buen ejemplo de sus padres. También por haberlos acompañado desde temprana edad en sus labores, muchas veces al no contar con quien los cuide en casa. Conozco a varios profesores y profesoras que, por haber acompañado desde muy pequeños a sus madres o padres en las labores educacionales, sintieron que no había nada más noble en la vida que la tarea de educar. Tal vez una síntesis de estos casos pudiera ser el de Walter Velásquez Godoy, a quien acompañamos y presentamos en esta noche singular, gracias a la gentil invitación de la Universidad de Piura y Clover Foundation.

Sin duda una de las misiones más complicadas que tienen los docentes en el Perú es la de enfrentar los problemas que se les presenten –que el Ministerio de Educación y sus dependencias no logran resolver- y luchar contra la adversidad; es decir contra todo aquello que pareciera producto de esos “golpes como del odio de Dios”, según los versos de César Vallejo. Necesitan estar dotados de una “resiliencia” especial pues les toca responder -más que por su propia supervivencia- por los estudiantes que tienen a su cargo. Mayores razones hay en la zona en que Walter desarrolla su acción pedagógica desde el año 2008.

Como es obvio, lo antes mencionado –y más- ha estado presente en la trayectoria profesional y humana que él realiza. Sólo por mencionar episodios de su fecunda labor docente, recuérdese que en la ruta que lo llevó a ser el “Maestro que deja huella” el año 2012, halló los mecanismos adecuados para que los padres de familia se involucren más en la labor educacional de sus hijos y todos vayan descubriendo cómo hallar soluciones a los problemas cotidianos utilizando lo que se aprende en la escuela. Por eso recibió también las “Palmas Magisteriales” como “Maestro” el año 2017, la Medalla al “Mérito Ciudadano” de la PCM el 2018 y la categoría de “Docente Innovador de Latinoamérica” que le otorgó la entidad internacional REDUCA el año anterior, 2022.

A lo anterior se fue entretejiendo la presencia y reconocimientos de sus alumnos en eventos nacionales e internacionales por varios años, llevando consigo los nombres de Tayacaja, Huancavelica y Perú. Ni qué decir de la espectacular aparición de “Kipi”, el primer robot quechua hablante del mundo, con su peregrinaje hacia lugares remotos y así suplir las carencias tecnológicas que la crueldad del COVID 19 hacía más perjudiciales aún.

Para un hombre que ha aprendido a vencer dificultades como el profesor Walter Velásquez, cada carencia o dificultad se convierte en un nuevo reto que se debe enfrentar. Por ello, además de los productos que su conocimiento e ingenio han producido para mejorar la enseñanza, especialmente en los campos de la ciencia y la tecnología, se ha lanzado a la tarea de rescate de varias lenguas amazónicas, al apoyo a quienes necesitan educarse, aunque estén privados de su libertad y a la creación de un museo científico en Colcabamba, en una agenda autoimpuesta que se nutre con los logros y, seguramente, con no pocos fracasos que también interesan como estímulos. Esto último hace recordar aquella ejemplar anécdota según la cual un discípulo de Thomas Alva Edison le preguntó por qué persistía en crear la bombilla eléctrica cuando ya llevaba más de mil fracasos. Edison tranquilamente le respondió: “No son fracasos; he conseguido saber 1,000 formas de cómo no se debe hacer una bombilla”.

La tarea educativa de Walter Velásquez, cuyos logros alcanzan una nueva valoración por iniciativa del Gobierno Municipal de Colcabamba para el otorgamiento del Premio “Esteban Campodónico”, es también un reconocimiento a la esencia de la labor de los maestros peruanos. Me atrevo a decir esto pensando en aquellos que, quizás en el anonimato y sin los talentos que hacen la diferencia, cumplen con abnegación y cariño su delicada tarea.

Lo digo desde la condición de colega y amigo de Walter a quien tuve el honor de conocer integrando el Consejo Nacional de Educación, institución creada para proponer y pretender una educación calificada y pertinente que enriquezca la ciudadanía de todos los peruanos. Allí nos llegan los ecos del drama de la educación peruana con sus alegrías y tristezas. Por eso suenan apropiadas las palabras del pastor presbiteriano contemporáneo Howard George Hendricks (1924-2013), quien alguna vez dijo que “La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón”.

Nosotros sabemos de esas emociones y apreciamos mucho esa virtud en ti, querido Walter.

Discurso de agradecimiento del Dr. Walter Velásquez Godoy

Buenas noches a todos.

Es un verdadero privilegio y honor estar aquí esta noche, siendo reconocido con el prestigioso Premio Esteban Campodónico 2023, que simboliza la dedicación, el compromiso y la contribución a la sociedad peruana.

Los vientos andinos me impulsaron hasta este lugar, desde la pequeña pero resiliente comunidad de Colcabamba, provincia de Tayacaja en Huancavelica, jamás imaginé que la vida me llevaría a este momento. Las enseñanzas que recibimos en esas montañas, las historias y las luchas de nuestro pueblo, han moldeado mi camino y han fortalecido mi determinación para servir a nuestra comunidad de la mejor manera posible.

Este premio lleva el nombre de un gran hombre, el Dr. Esteban Campodónico, un médico italiano que dedicó su vida al bienestar de nuestra gente peruana. Su vida y legado son un testimonio del poder transformador del servicio a los demás y su ejemplo será siempre una inspiración constante. Hoy, con humildad y gratitud, me esforzare más por seguir sus pasos.

Antes de continuar, quiero rendir un homenaje especial a dos pilares fundamentales en mi vida: mis padres. Mi madre, una bibliotecaria de escuela pública a punto de jubilarse, quien me enseñó el valor del conocimiento y la importancia de compartirlo. Ella me mostró que a través de los libros podemos descubrir mundos mágicos, ampliar horizontes y nutrir nuestra capacidad para entender y transformar la realidad, y aunque no acostumbraba regalarme juguetes pues siempre repetía “Un libro es un regalo que puedes abrirlo todas las veces que quieras”, la vida te dio la razón, madre.

Mi padre, un profesor de matemáticas ahora jubilado, con su dedicación y paciencia, me enseñó que los problemas más complejos pueden resolverse con tiempo, esfuerzo y pensamiento crítico. A través de él, aprendí a evaluar el rigor y la precisión, y que la curiosidad es como un algodón de azúcar, nunca olvido el primer robot de lata usada y madera que construimos juntos en mi niñez.

Quiero agradecer profundamente a la Clover Foundation de Nueva York y la Universidad de Piura y con gran aprecio al jurado por otorgarme este reconocimiento y por ver en mi trabajo algo digno de este honor. Este premio es un reflejo de nuestra comunidad, un reflejo de aquellos que luchan cada día por un Perú mejor, más fuerte y más justo.

Estoy agradecido también con la Municipalidad de Colcabamba por nominarme a este premio, por ello dedico este lauro a la I.E. Santiago Antúnez de Mayolo de Colcabamba, lugar donde trabajo mas de trece años y en sí a la escuela pública peruana, en particular a aquellas ubicadas en las comunidades más remotas y marginadas de nuestro país, su resistencia y fuerza alimentan mi compromiso y dedicación.

Cierro este discurso con una promesa: continuaré luchando, aprenderé más, trabajaré más duro y seguiré buscando maneras de servir a nuestra sociedad peruana. Mi deseo es que este premio no sólo sirva como reconocimiento a lo que se ha logrado, sino como un llamado a la acción para lo que todavía podemos lograr juntos, es por ello que el monto pecuniario lo donaré a mi comunidad para seguir creando y fortaleciendo más museos educativos e interactivos buscando potenciar la curiosidad, la ciencia y la cultura en las comunidades rurales en favor de las niñas y niños.

Gracias a mi familia y todos ustedes por este honor de acompañarme hoy, y a mis alumnos decirles que cada uno de nosotros tiene un regalo único y una historia única para compartir. Nunca subestimen el poder de su corazón, ni el impacto que pueden tener en el mundo. Sigan creando, sigan soñando y sigan luchando por lo que creen y por ver una sociedad cada vez mejor.

Muchas gracias.

Discurso del Dr. Robert Moniot, vicepresidente de la Fundación Clover

Estimados Doctores Antonio Abruña, José Ricardo Stok y Antonio Mabres, miembros del Consejo Directivo y Consultivo del Premio Esteban Campodónico, señores miembros del Jurado, doctor Walter Velásquez, ganador de la presente edición, distinguidas autoridades y señoras y señores que asisten presencial o virtualmente a esta ceremonia, muy buenas noches.

Nos encontramos en la parte final de la ceremonia de entrega del Premio Esteban Campodónico por servicios a la sociedad peruana, en el área de Actividad Profesional Destacada, edición 2023.  A lo largo de los 29 años desde su primera entrega, el fondo del Premio Esteban Campodónico ha honrado y apoyado a 31 (ahora 32) personas y 19 instituciones, reconociendo sus aportes intelectuales, científicos y culturales y su vocación de ayuda a los sectores más vulnerables del país. Hoy recordamos y aplaudimos a cada uno de nuestros premiados por su trabajo bien hecho y entrega para hacer del Perú un país mejor.

Este año el ganador es Walter Velásquez Godoy, profesor de educación primaria y secundaria en el distrito de Colcabamba, región de Huancavelica.  «Su amor por la educación, a la que califica como “la mejor arma para cambiar el mundo”, y su pasión por la tecnología y ciencia lo llevaron a crear proyectos en favor de la educación de los niños de comunidades rurales del Vraem, facilitándoles el acceso a la educación, la ciencia y la tecnología.»

Es muy adecuado que reciba este premio nombrado por don Esteban Campodónico, porque él también ejerció su vocación de servicio para atender incluso gratuitamente a las personas procedentes de regiones fuera de Lima, y también era educador y promotor de la educación.  Hoy honramos al profesor Velásquez por su gran servicio a la sociedad peruana y a la humanidad.  Sin embargo, más importante que el honor que el Premio Esteban Campodónico otorga al señor Velásquez, es el honor que él ha dado al Perú, y lo seguirá haciendo, con su ejemplo de servicio a niños y adolescentes de una de las regiones más vulnerables del país.

No podemos dejar de recordar en esta ceremonia, a los varios galardonados y amigos del Premio que, aunque ya no están físicamente con nosotros, su legado continúa presente gracias a su vocación de servicio a este país.

Después de recibir el galardón, los ganadores del Premio Esteban Campodónico continúan promoviendo sus actividades y progresando en sus carreras profesionales.  Por mencionar algunos de ellos, la Asociación de Voluntarias por los Niños con Cáncer (Magia), ganadora en 2020; Vidawasi, premiada el 2022 y Aniquem, galardonada en el 2018, continúan labores de colecta y recaudación de fondos para seguir sosteniendo sus proyectos de servicio a los que más lo necesitan. También, el científico Marino Morikawa, ganador en 2019, continúa su labor de recuperación del medio ambiente con su organización TTT Grupo Morikawa, superando obstáculos como el lamentable atentado contra su persona en junio pasado.

Además, algunos de nuestros premiados brindan su tiempo y dedicación acompañándonos como parte del jurado en los últimos años: la señora Selma Passalacqua en representación del Voluntariado del Hospital Larco Herrera, asociación premiada en el 2005; y la señora Carla Cavassa, fundadora de Aprendo Contigo, institución ganadora en 2009. Gracias a ellas, y a todos los miembros del jurado por valioso apoyo en la selección de las candidaturas de este año, y la merecida elección del profesor Walter Velásquez como ganador de esta edición 2023.

Como representante de Clover Foundation, que colabora con la Universidad de Piura en la administración de este programa de premiación, felicito nuevamente al profesor Walter Velásquez.  Confío que el premio reconoce sus esfuerzos a su trabajo bien hecho en servicio a la educación rural peruana. Agradezco también a todas las personas que han ayudado para hacer exitoso este premio. Declaro cerrada la edición 2023 del Premio Campodónico, y doy inicio a la edición 2024 en el Área de Servicios Directos a la Sociedad, convocatoria que celebrará además los 30 años de este galardón.

Buenas noches.