Premio Esteban Campodónico

2006 | Jaime Delgado Zegarra

2006 | Jaime Delgado Zegarra

Abogado de profesión, recibió el Premio Esteban Campodónico “por su constante y eficaz labor a lo largo de más de 20 años promoviendo la formación de una conciencia ciudadana, enfocada en la defensa de los derechos de los consumidores y usuarios”, a través de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios, ASPEC, que fundó en 1995. Destaca por la difusión de mensajes radiales, televisivos y escritos, encaminados a crear conciencia e interés en la población sobre sus derechos a reclamar tarifas justas, servicios y productos de buena calidad. Ha participado como expositor dentro y fuera del país y ha publicado varios libros sobre publicidad y defensa del consumidor. Integra la Red Peruana de Educación al Consumidor. Actualmente es congresista de la República.

Discurso

Discurso de agradecimiento de Jaime Delgado Zegarra, Presidente de ASPEC, Premio Esteban Campodonico Figallo 2006

Doctor Ralph Coti, director de la Fundación Clover de Nueva York

Doctor Antonio Abruña, rector de la Universidad de Piura

Magíster Carla Campos, Vicerrectora Universidad de Piura (Campus Lima)

Doctor Antonio Mabres, prorrector de la Universidad de Piura y presidente del Consejo Consultivo de los Premios y del Jurado.

En primer lugar, deseo expresar mi profundo reconocimiento a la Fundación Clover por otorgarme el Premio Campodónico en el Área de Actividad Profesional Destacada. Asimismo, mi reconocimiento a AVINA y en especial a Baltazar Caravedo, por haber planteado mi postulación.

El año 1984 escribí un artículo para la revista de Derecho del Colegio de Abogados de Arequipa titulado “El derecho del Consumo como una nueva disciplina jurídica”, en el que planteaba que las relaciones entre consumidores y proveedores debía ser regulada por un conjunto de normas especiales, que protegieran a los consumidores frente a una asimetría dominante de la empresa. No faltaron algunos abogados, mayores que yo, que acababa de graduarme, que me tildaban de poco serio en mis planeamientos, bastante ligero, por decir lo menos. Ante esas críticas, muchas veces solemos titubear y retroceder, menos mal no lo hice.

Para mí ha sido una gran experiencia, muy emocionante además, incursionar en este campo de la defensa del consumidor. Estudié Derecho y Administración de Empresas, y lo que uno espera normalmente cuando tiene una profesión es dedicarse al ejercicio de esta en los Tribunales, como juez, como fiscal, como asesor, etcétera; o, como administrador de empresas, ser gerente o tener su propia empresa.

Yo no sé exactamente cómo fui involucrándome tanto en este campo y terminé abandonando cualquier expectativa que razonablemente un profesional en mis condiciones hubiera tenido. Luego entendí que los estudios, las profesiones y los títulos son solo un medio, un instrumento para lo que uno quiere hacer en la vida.

Yo agradezco la oportunidad que me ha dado la vida de dedicarme a algo que me gusta, de poner mis conocimientos, mi experiencia, mi profesión y mi propia vida al servicio de lo que yo creo “la defensa del consumidor”. Pero nada de esto ha sido fácil, ni lo es ahora. Y a pesar de que hemos avanzado muchísimo, todavía hay mucho por hacer.

Nada hubiera sido posible si no hubiera contado con el respaldo de mi familia, y en especial de mi esposa Isabel. Me dediqué a la defensa del consumidor desde que éramos enamorados, y nunca pude separar la defensa del consumidor de mi vida personal, más bien la incorporé como un estilo de vida, lo cual ustedes comprenderán me resultaba muy complicado.

Recuerdo cuando éramos novios y yo estaba en Arequipa en una campaña para que se respetaran las tarifas oficiales de taxi. La consigna a la población era “Cuando tomes un taxi no tienen por qué preguntar el precio de la carrera, paga lo que dice la tarifa oficial”. Mandamos a imprimir miles de cartillas de bolsillo con las tarifas para que la gente las tuviera consigo.

Obviamente yo tenía que predicar con el ejemplo. Un día fui a una fiesta con Isabel y de regreso me negué a pagar el sobreprecio que me pedía el taxista, por ello terminamos discutiendo en la Comisaría hasta las dos de la madrugada. Situaciones como estas, y más insólitas, se han repetido en nuestra vida miles de veces. Hoy Isabel es mi gran fuente de información, muchos de los casos que hemos denunciado en ASPEC fue producto de sus descubrimientos en los supermercados.

Y de casados, con mis hijos, tampoco he podido separar la defensa del consumidor de mi vida. Hace un año paseábamos por las playas de la costa verde un día domingo, cuando de pronto me llamaron de una radio para saber mi opinión de los cobros indebidos por ingresar a las playas con vehículo, yo les dije que en esos momentos estaba frente a las playas de Barranco y que efectivamente esos cobros eran ilegales, pues no estaban autorizados y que yo me estaba negando a pagar. Inmediatamente me llamó un canal de TV y me preguntó si podía esperarlos ahí en la playa para una entrevista, luego llamó otro canal y prácticamente terminé dando una conferencia, en medio del paseo familiar. Al principio mis hijos estaban distraídos, luego molestos y después histéricos, pues les había arruinado el paseo.

Por todo eso, me siento en la obligación de agradecer la comprensión y el apoyo que me ha dado mi familia en esta difícil, pero gratificante tarea de defender al consumidor.

Muchas veces la gente me pregunta si no tengo miedo de hacer lo que hago, enfrentarme a las empresas poderosas, a veces arruinarles sus planes de ganar dinero a costa de engañar a los consumidores. Si uno tuviera miedo nunca podría hacer nada. En ASPEC tratamos de hacer bien las cosas, y nunca pensamos en hacer daño a nadie, pensamos en hacer el bien a los consumidores, ya que el bien es lo que nos inspira, no el mal. Pero si por hacer justicia a los ciudadanos los responsables resultan perjudicados, qué le vamos a hacer.

También quiero expresar mi especial reconocimiento a todos y cada uno de los socios y colaboradores de ASPEC. Su empeño e identificación con esta causa ha hecho posible colocar el tema del consumo en la agenda pública. Agradezco a AVINA, porque sin ella no hubiera sido posible que ASPEC crezca y realice sus sueños. Agradezco a ASHOKA que me ha incorporado como parte de su Red Mundial de emprendedores sociales y a todas las personas e instituciones que a lo largo de 20 años han contribuido de un modo u otro a la consolidación de nuestro movimiento de consumidores.

El Premio Campodónico es lo mejor que me ha sucedido. Cuando AVINA propuso mi postulación no tenía muchas expectativas en ser seleccionado, pero cuando me dieron la noticia la verdad que me emocioné. Lo recibo con una gran alegría porque el reconocimiento a una vida dedicada a la defensa del consumidor es lo más grande que nos puede suceder a los emprendedores como yo, que pudiendo optar por una vida cómoda y sin problemas, optamos por la vía más complicada, porque queremos el cambio y la justicia.

Gracias.

Jaime Delgado Zegarra

Presidente de ASPEC

Premio Esteban Campodónico Figallo 2006. Área de Actividad Profesional Destacada

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