Por ese deseo de ser el apoyo que alguna vez necesité, en mi tercer año decidí unirme al voluntariado Sueño Becario. Desde entonces, he podido compartir mi historia con estudiantes de distintos colegios, responder sus dudas, motivarlos a seguir soñando y sobre todo, recordar lo importante que es acompañar con empatía y corazón. Cada visita me ha dejado enseñanzas y emociones que llevo conmigo hasta hoy. Si tú también quieres impactar, inspirar y ser parte de este voluntariado tan humano, te invito a unirte a Sueño Becario. 

En mi tercer año de carrera sentí el impulso de apoyar a más jóvenes como yo, que tienen grandes sueños y buscan oportunidades para salir adelante. Así llegué a Sueño Becario, un voluntariado que me ha permitido visitar colegios, compartir mi experiencia como becaria y motivar a estudiantes a confiar en su potencial. Cada conversación, cada sonrisa y cada pregunta me han recordado lo importante que es brindar apoyo y escuchar sin juzgar. Si tú también quieres ser parte de un espacio donde puedas inspirar, crecer y generar un impacto real, te invito a unirte a esta iniciativa tan valiosa.

Participar en el voluntariado de Sueño Becario ha sido una experiencia profundamente enriquecedora. Tuve la oportunidad de visitar colegios en Ayabaca, donde junto al equipo de la presente organización, impartimos talleres sobre las becas de pregrado que otorga el Estado peruano. Durante estos encuentros, conocí a estudiantes de 3°, 4° y 5° de secundaria, quienes, con mucho entusiasmo, compartieron sus sueños y motivaciones profesionales. Me sorprendió saber que parte de ellos no conocían sobre todas oportunidades que ofrece PRONABEC, por lo que me sentí muy agradecida de poder orientarlos y resolver sus dudas. Además, compartirles mi experiencia como estudiante universitaria les permitió tener una visión más clara de lo que implica la vida durante la etapa universitaria. Estoy convencida de que sembrar esperanza e información en los jóvenes puede transformar realidades, y Sueño Becario me brindó la oportunidad de ser parte de ese reto.

Participar en este voluntariado ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. Poder acompañar a chicos de secundaria en su camino hacia la postulación a Beca 18 (y otros tipos de becas al nivel nacional) no solo me permitió compartir conocimientos, sino también conocer sus historias, sus sueños y su enorme deseo de superación. Cada sesión de asesoría fue una oportunidad para motivarlos, orientarlos y ver cómo poco a poco ganaban confianza en sí mismos. Me llevo la satisfacción de haber contribuido, aunque sea en una pequeña parte, a que muchos de ellos estén más cerca de alcanzar una educación superior que transforme sus vidas y las de sus familias. Esta experiencia me reafirma el valor de la educación y el poder del acompañamiento humano.