Mujer, ¿Quién eres?: Antropología de la coidentidad esponsal – Vol. 1

Culturalmente, como remedio al subordinacionismo ancestral y a la sumisión unilateral de la mujer al varón, los movimientos en favor de la igualdad no acertaban a conciliar simultáneamente igualdad y diferencia. La oferta era un igualitarismo radical que escondía e, incluso, repudiaba la diferencia. Era curioso advertir que quienes se oponían a lo que se ha venido a llamar el «modelo patriarcal» de relación entre los sexos –que consideraba y trataba a la mujer como inferior y pasiva–, hacían suyo el principal error de la postura que querían superar: que la diferencia es sinónimo de subordinación.