Se busca a un sujeto…

Por , publicado el 17 de diciembre de 2012

Desde pequeños hemos estado acostumbrados a definir el sujeto como la persona, animal o cosa que realiza la acción; o de quien se habla o dice algo en la oración. A continuación veremos que esto solo en parte es cierto.

En gramática, el sujeto es la función oracional desempeñada por un sustantivo, un pronombre o un sintagma nominal, que realiza o no la acción expresada por el verbo con el que concuerda. En “Nosotros tendremos una cena de Navidad”, el sujeto (Nosotros) aparece expresado –sujeto expreso–; mientras que en “Le escribí un correo a mi amigo secreto” no aparece explícitamente, aunque por el verbo nos damos cuenta de que el sujeto (tácito) es yo.

No obstante, hay casos en los cuales no nos es posible hallar el sujeto de la acción porque lo desconocemos o porque es irrelevante y no existe en la oración (oraciones impersonales). En las oraciones impersonales que se construyen con “se”, llamadas impersonales reflejas, el pronombre (se) siempre precede al verbo en tercera persona del singular, en voz activa, como en “Se presentó a los panelistas” funciona como encubridor del agente de la acción. Aquí se funciona como encubridor del agente de la acción y, en consecuencia, no es posible encontrar el sujeto oracional (¿Quién presentó a los panelistas?). Por lo tanto, el verbo nunca irá en plural, pues la concordancia nunca se da entre el verbo y sus complementos; así, sería incorrecta la oración *Se presentaron a los panelistas.

Por otro lado, “se” también puede formar parte de oraciones en las que el verbo puede aparecer en plural al concordar en plural o en singular con el sujeto oracional pasivo; se trata de las oraciones pasivas reflejas. Por ser pasivas, solo se dan con verbos transitivos (admiten complemento directo), como en: “Se vende casa”, “Se venden panetones”. Nuestro sentido común nos dice que es imposible que la “casa” y los “panetones” realicen la acción de ponerse en venta, alguien los vende, por eso funcionan como sujetos pasivos (reciben la acción indicada por el verbo), igual que en los casos “Se venden departamentos”, Se alquilan cuartos” y “Se arreglan cocinas”. En todas estas también existe un actor real semántico no expresado en la oración (el vendedor, el dueño de la tienda, el proveedor, el técnico, etc., todos los cuales son sujetos lógicos o nocionales) y, además, la concordancia en plural se da entre el verbo y el sujeto pasivo.

Entonces, ¿es posible convertir en impersonales estas oraciones pasivas?, ¿son correctas las construcciones impersonales: Se vende panetones, Se alquila cuartos, Se vende departamentos y Se arregla cocinas? La Real Academia de la Lengua Española en su Diccionario Panhispánico de Dudas (2005) aclara que, aunque estos dos tipos de oraciones tienen en común la omisión del agente de la acción, conviene no confundirlas. Por lo tanto, cuando se trata de verbos transitivos aconseja el uso de las oraciones impersonales con complementos directos de persona precedidos de la preposición a (referidos a personas determinadas): “En reiteradas ocasiones se solicitó a la ministra Pilar Mazzetti que confirmara si su portafolio había detectado algo turbio en tales compras” (El Comercio, 18 de diciembre, 2006). Cuando los verbos transitivos aparecen con complementos directos de cosas o personas sin la preposición a (referidos a personas indeterminadas), aconseja el uso de las pasivas reflejas: “Ya no se venden discos, se venden artistas” (El País, 02 de diciembre, 2007).

Aunque existe esta aclaración académica, en algunas zonas de América del Sur se está extendiendo el uso en la lengua escrita de las oraciones impersonales con complemento directo de cosa. Por eso no nos debe parecer raro encontrar en nuestro medio ejemplos como: “Se compró bolsas de viaje modelo americano a 116 soles cuando se venden en55” (El Comercio, 18 de diciembre, 2006).

Las causas por las cuales el emisor decide usar una de estas construcciones oracionales u otras son variadas. Tal vez sea porque prefiere resaltar la acción señalada (en este caso vender), antes que a quien la realiza, lo cual ayuda a no reprimir el intento de algún hablante por mantener viva la idea del agente real de la acción. Así, ya alguno se ha atrevido a publicar letreros de venta de carros o casas del tipo “Me venden” o “Estoy en venta”, para dejar en claro que, tal como es en la realidad lógica, dichos objetos son vendidos. Por el otro lado, hay quienes se empeñan en mantener al sujeto fuera del conocimiento del receptor, con la finalidad de dotar de objetividad lo expresado, y prefieren la impersonalidad como sucede en los textos administrativos: “Se cita a una reunión urgente…”.

Así pues, ahora que ya sabemos por qué razones no encontramos al sujeto que andamos buscando, podemos valernos de estos mecanismos lingüísticos para poder encontrarlo.

Claudia Mezones Rueda

Foto: fluzo (CC BY-SA 2.0)

2 comentarios

  • nando vaccaro talledo dice:

    Buenas. Entiendo que en las oracionales impersonales reflejas “nunca se da la concordancia entre el verbo y sus complementos”, como pusieron el ejemplo de *Se presentaron a los panelistas. Sin embargo, no me queda claro del todo , pues si yo escuchara esa frase no me hace mucho ruido del todo. Entiendo que suena mejor “Presentaron a los panelistas”, y que no es lo mismo “Se pusieron como locos”, porque se entiendo que “ellos” se pusieron como locos. Pero me gustaría que se ampliara la explicación al respecto con más ejemplos. Gracias

  • Tubi v: dice:

    Gracias! No entendia nada, pero ahora sí, acompaño la aclaración de oraciones impersonales del sr nando
    Pd: a mi también me quedo en el tintero, pero como dios tata manda , “no hay que quedarse con la duda”.
    Gracias, buenas tardes-noches-medio dias- mañanas!

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