Las “niñeces” de Garcilaso

Por , publicado el 10 de agosto de 2012

En el capítulo XV del Libro I de la primera parte de los Comentarios Reales, el Inca Garcilaso de la Vega se propone contar lo que en sus “niñeces” oyó muchas veces a su madre, hermanos y tíos sobre las grandezas del Imperio de los Incas. ¿Tuvo acaso Garcilaso varios periodos que corresponden a la niñez? ¿Se puede hablar de niñeces o de juventudes? ¿Podemos decir que hay varios tipos o clases de adolescencias? Obviamente no, niñez, adolescencia, juventud y vejez son periodos de la vida que abarcan algunos años; así, por ejemplo, la adolescencia abarcaría desde los 11 a los 17 años. Pero, no es de estas etapas de las que hablaremos en este artículo, ni mucho menos del sentido que los sustantivos niñeces y vejeces suelen tener actualmente. La primera como ‘cosas o actos propios de un niño’ o más comúnmente lo que decimos niñería y que antiguamente se usaba como sinónimo de niñez; y la segunda como ‘cosas o actos propios de los viejos’ o ‘cosas viejas’. “Déjate de niñeces” le podemos decir a alguien que se está comportando de manera infantil, o “Déjate de vejeces” a alguien que camina o tiene actitudes propias de los ancianos.

En este caso, hemos recurrido a algunos sustantivos como niñez, adolescencia, juventud y vejez para explicar la invariabilidad que presenta en cuanto al número; es decir, son sustantivos que solo pueden aparecer en singular, razón por la cual se les conoce también como sustantivos singularia tantum.

El número, como recordará, es una información gramatical que está en relación con la cantidad; así, con el singular indicamos la unidad de una clase –perro, carro, flor–, mientras que con  el  plural  denotamos  varios  seres,  entidades  o cosas  –perros, carros, flores–, que en este caso, se marcan con las  terminaciones  o  desinencias -s  o -es; tanto para los llamados sustantivos comunes como para los propios: Pablos, Marías, Ramones…

En general, podemos decir que la mayoría de los sustantivos están sujetos a estas variaciones (singular/plural) con dichas terminaciones; sin embargo, exceptuamos algunos como tórax y tesis que marcan su plural con la presencia del artículo: los tórax y las tesis, puesto que al ser palabras graves o llanas terminadas en -x y -s no admiten ni -s ni -es.

Los llamados sustantivos singularia tantum, como las etapas ya mencionadas: niñez, pubertad, adolescencia, juventud y vejez; los puntos cardinales: Norte, Sur, Este, Oeste; y otros como: salud, pereza, sed, caos, cenit, cariz, zodiaco, tez… por su propia naturaleza semántica, son sustantivos que no pueden recibir la marca de plural, de ahí que permanezcan invariables; y por más expresivo que uno quiera ser, no puede decir frases como: *Mis saludes son estupendas, *Esta mañana tengo muchas perezas; así como tampoco: *Se sublevaron por sedes de justicia. En todos los casos deben aparecer en singular: salud, pereza y sed, respectivamente.

Por esta misma razón, estimado lector, y para ir terminando esta sencilla explicación, no extrañe, ni mucho menos añore, sus niñeces ni sus adolescencias porque solo hemos tenido una, la que nos tocó vivir, quizá hace muchos años.

Eliana Gonzales Cruz

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