Larguirucho y no larguilucho o larguiducho

Por , publicado el 13 de julio de 2021
El Diccionario trae este derivado despectivo del adjetivo largo con la forma larguirucho, aplicado a la persona o de una cosa que se ve ‘desproporcionadamente larga respecto de su ancho o de su grueso’. Las otras formas, larguilucho y larguiducho, se producen por la inestabilidad de las consonantes líquidas. Aunque tienen cierta difusión en el español coloquial de todo el mundo hispánico, no son aceptadas en la norma académica del castellano. Aun así, es posible encontrarlas ocasionalmente en el habla popular e incluso en obras literarias. El CORDE (Corpus Diacrónico del Español) recoge solamente un ejemplo de la novela Fortunata y Jacinta (1885-87) de Benito Pérez Galdós: “…que ardía con pábilo muy larguiducho y negro, chorreando goterones de grasa”.

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