Impersonales eventuales: «¡Dijeron eso!»

Por , publicado el 30 de diciembre de 2019

Hace poco me cuestionaron que la oración impersonal, aquella donde no se expresa quién realiza la acción, solo se daba con «se» y el verbo en singular, por ejemplo, se dijo, se expuso, se ha dicho, se ha expuesto, etcétera. Si bien es cierto, que este es un tipo de impersonalidad muy común o generalizado en los estudios gramaticales, no es el único. En nuestro rico sistema castellano tenemos muchas construcciones que nos permiten la impersonalidad.

Las impersonales con «se» citadas en el primer párrafo (se dijo, se expuso, se ha dicho, se ha expuesto, etcétera) son aquellas oraciones cuyo verbo, en voz activa y en número singular, se construye con se y el agente es indeterminado; esto es, no hay sujeto ni tácito ni expreso: Se respira bien aquí; Se estudia muy bien en esta universidad; Se tuvo una linda ceremonia de despedida de estudios, etcétera.

Las oraciones de verbo unipersonal también son una variedad de las impersonales. Solo pueden construirse con un verbo en tercera persona del singular y en las formas no personales (infinitivo, gerundio y participio). No se ha prescindido del agente como en los ejemplos anteriores, sino que resulta imposible especificarlo. He aquí sus principales variedades:

Con verbos que significan fenómenos de la naturaleza (llover, tronar, nevar, amanecer, granizar, etc.): Ya amanece; Ayer llovió; A las ocho estaba granizando, etcétera.

Con los verbos ser, haber, hacer, bastar, sobrar: Es tarde; Era muy de noche; Hubo fiesta de promoción; Hay indicios; Hace calor; Hace dos semanas; Ya se ha hecho de madrugada; Basta con verlo; Sobra con la mitad; etcétera.

Otra clase son las llamadas impersonales eventuales, que fueron, justamente, el motivo del debate; pues el interlocutor no sabía esta tipología que se da con el verbo en tercera persona del plural marcando la impersonalidad. Estos enunciados no nombran al sujeto porque se desconoce, se oculta o simplemente no interesa; es decir, no expresan quién realiza la acción, así haya un agente tácito: Dijeron eso; Llaman a la puerta; Me han dado esto en la calle; Lo mataron; Me cosieron el vestido, etcétera.

En otras palabras, hay un sujeto tácito (referido siempre a persona o ser humano; no a animales ni a objetos) de interpretación inespecífica, que en realidad es singular, pero para manifestar la impersonalidad en la oración, el verbo se construye en tercera persona del plural. Es lo que la Nueva gramática de la lengua española (2009, p. 3078, 41.9a) denomina oraciones con sujeto tácito de interpretación inespecífica. Es fácil reconocerlas, pues comúnmente pueden parafrasearse por ‘alguien+verbo’: Dijeron eso (alguien lo dijo); Llaman a la puerta (alguien llama); Me han dado esto en la calle (alguien me lo ha dado en la calle); Lo mataron (alguien lo mató); Me cosieron el vestido (alguien me lo cosió), etcétera.

Cabe hacer hincapié que el añadir expresamente un pronombre o sustantivo en estas construcciones cambiaría esencialmente el sentido y, por lo tanto, se perdería la impersonalidad al haber ya un sujeto explícito de interpretación específica: Ellos/Mario y Raúl dijeron eso; Ellos/Marita y Paúl llaman a la puerta; Ellos/Dos delincuentes lo mataron; Ellas/Ángela y Ana me cosieron el vestido, etcétera.

Asimismo, es importante señalar que no se da este tipo de impersonalidad en las oraciones pasivas (aquellas con ser + participio: fueron excomulgados, son alquilados, eran recriminados, etcétera), solo es posible en las activas.

Ciertamente, el mundo de la lengua castellana es apasionante y podemos cambiar significaciones solo omitiendo o variando alguna palabra o modificando un accidente gramatical como en el caso de las impersonales eventuales, donde el verbo se rige por el accidente gramatical de número plural y se elide adrede el sujeto. No es lo mismo decir Me cuestionaron que Juanita y José me cuestionaron. Mientras que en la primera oración es válida la impersonalidad con el verbo en tercera persona del plural (parafraseando: alguien me cuestionó); en la segunda no hay un enunciado impersonal, se respeta una concordancia gramatical de verbo plural (cuestionaron) que concuerda con el sujeto expreso (Juanita y José). Pensemos, entonces, antes de cuestionar o escribir si usamos o no una oración impersonal.

Carola Tueros

5 comentarios

  • Jacinto Gonzalez dice:

    En la foto que acompaña la nota de hoy, «¡Dijeron eso!»,se lee “Hace calor”.
    No dudamos en decir “hace calor” o “hacer frío”, pero ¿porqué no “hace hambre”?

  • Jacinto Gonzalez dice:

    … o hace frío, ….

  • WTF dice:

    que chido

  • Anónimo dice:

    WTF, indagué y veo que chido equivale a trome, pero lo que no encuentro es el origen de chido.
    ¿Nos lo podría explicar?

    De Impersonales eventuales, existe uno muy curioso: «Dicen que…» y dicen que, si del castellano desapareciera la palabra “dicen”, nuestro diario hablar se vería recortado.
    Dicen que va a faltar agua. Dicen que ya encontraron la vacuna. Dicen que van a dar gratificación. Como dicen que se va a prohibir el “dicen que”, tendremos poco de que hablar.

    Chido, no?

  • Carlos GN dice:

    Anónimo, te mando el enlace en el que podrás encontrar el origen de la palabra “chido”. El sitio en el que aparece la explicación se llama Chilango (así nos dicen en México a los que nacimos en la Ciudad de México. Yo soy chilango). El título del artículo es:
    ¡Órale, qué chido! El origen de estas seis palabras de uso cotidiano
    Por
    Pável M. Gaona –
    22 mayo, 2017

    https://www.chilango.com/humor/rale-qu-chido-el-origen-de-estas-6-palabras-de-uso-cotidiano/

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