El valor del artículo

Por , publicado el 13 de noviembre de 2017

El determinante artículo, o simplemente artículo, es un presentador del sustantivo. Tradicionalmente se han distinguido dos grupos, los artículos determinados o definidos (el, la, lo, los, las) y los indeterminados o indefinidos (un, una, unos, unas). Aclaramos que la forma uno no es artículo, pues nunca presenta al sustantivo; así, en el ejemplo Uno nunca está satisfecho con lo que tiene, la forma uno es un pronombre indefinido.

A la idea de determinación e indeterminación de los artículos se le unen también los conceptos de especificidad y de inespecificidad. El carácter específico de algo está en su clara identificación o reconocimiento; mientras que la inespecificidad es todo lo contrario, pues señala una realidad que no está claramente identificada, sino que es más bien vaga e imprecisa. Expliquemos esto con algunos ejemplos: El ganador disfrutará de unos días en la cálida playa de Máncora; Todavía no ha nacido el hombre que la haga recapacitar; Tengo un vecino español; Sorprendí a unos alumnos de I ciclo leyendo el periódico. Los dos primeros casos (el ganador y el hombre) no aluden a una persona en particular, sino a alguien hipotético (al que se gane el premio y al hombre que la haga recapacitar, respectivamente); en cambio, en los dos últimos ejemplos existe una identificación del referente, sé de quienes estoy hablando; es más, soy capaz de reconocerlos, pero no los menciono con nombres y apellidos. Así pues, en los dos primeros casos con el artículo determinado estoy marcando la inespecificidad; mientras que, con los indeterminados, la especificidad. Si bien esto resulta claro, a veces no es así, pues hay inespecificidad cuando no aparece el artículo, muy frecuente, sobre todo, en titulares de la prensa:  Muere soldado en la selva peruana; Estalla coche bomba en Irak; Mujer asesina a su conviviente; Anciana muere en hospital Dos de Mayo…

Por otro lado, cabe señalar que la presencia del artículo permite distinguir el género y también el número del sustantivo al que acompaña, dado que a veces se presentan invariables; por ejemplo: la crisis/ las crisis, la tesis/ las tesis, el catequista/ la catequista, el cantante/ la cantante, etc. Asimismo, es importante mencionar que ante sustantivos femeninos que empiezan por a o ha tónicas se sustituye el artículo femenino la o una por el o un en las formas singulares: el águila, un águila, el hada, un hada, el hacha, un hacha, etc. De esta regla quedan exceptuadas las formas de las letras: la a, una a, la hache, una hache; y también el nombre de la ciudad de La Haya.

Si bien los artículos no suelen acompañar a los antropónimos ni a los topónimos, salvo que formen parte del nombre como La Haya, El Salvador, La Habana, etc., o que se presenten en el uso coloquial (la María, el Carlos); su presencia es obligatoria cuando se menciona a los miembros de una familia (los Martínez, los Castro) o el apellido de alguna mujer, casi siempre famosa (la Perón, la Monroe), así como cuando dicho nombre propio lleva un complemento: La Lima del siglo XX tuvo menos problemas de tráfico que la Lima del siglo XXI; La María que volví a ver estaba mucho más rejuvenecida que la María que dejé hace unos cinco años; El Dante de la Divina Comedia no es el Dante de la vida real; El Vallejo de Trilce es más emotivo que el Vallejo de Paco Yunque.

Finalmente, señalamos que el artículo es el sustantivador universal porque convierte en sustantivo cualquier palabra a la que preceda. Así tenemos, por ejemplo, que rojo es adjetivo, cantar es verbo y pero es conjunción; sin embargo, dejan de serlo en las siguientes oraciones: El rojo es señal de peligro; El cantar de los niños enternece a los mayores; El pero es la disculpa del ocioso.

Eliana Gonzales C.

Referencia de la imagen: Maza, Marina Cuáles son los artículos determinados e indeterminados. Disponible en https://www.unprofesor.com/lengua-espanola/cuales-son-los-articulos-determinados-e-indeterminados-1482.html

Un comentario

  • Juan Pérez Nomás dice:

    Interesante la descripción en detalle de los artículos con sus nueva nomenclatura sin cambiar su uso o destino. Resulta que ahora los artículos ya no son artículos sino determinantes.

    Una inmensa mayoría, no me atrevo a dar cifras o valores, que hablamos razonablemente bien los usamos “más que bien”, muchos sin saber su filiación y los que sabíamos sin saber su reciente cambio.

    Casi como si un día de estos, al verbo lo llamen “actuador” “el mismo perro con distinto collar”.

    Pero bueno es saberlo para estar al día y poder entender un escrito que, secamente, se refiera al determinante o al presentador del sustantivo.

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