El léxico en las redes sociales y en la Internet

Por , publicado el 13 de mayo de 2013

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Las redes sociales y la Internet han llegado a cautivar seguidores de todas las edades y partes del mundo, han generado nuevas formas de tratamiento e incluso un léxico muy particular. Así, puede identificarse el uso del sufijo -ero, a veces también en femenino y plural, unido al anglicismo twitter para formar los términos “twittero”, manteniéndose fiel a la escritura original, o “twitero”, en el que se pierde una “t”, considerando más su pronunciación o como indicio del proceso de castellanización que seguirá hasta culminar en la expresión “tuitero”.

Asimismo el sufijo -ero aparece junto a “blog”, otro anglicismo bastante difundido, por ejemplo en “bloguero (s)” o “bloguera (s)”, donde a la “g” se le ha agregado la “u” para que no pierda la pronunciación parecida a la original (blogero o blogera) y, al mismo tiempo, su escritura trata de adaptarse al castellano.

Estas nuevas expresiones se han creado con el sufijo -ero, partiendo de su uso en sustantivos referidos a trabajos u oficios como: herrero, panadero, reportero, etc.; de este modo “twitero” alude a toda persona que envía mensajes breves personales o informativos, subjetivos u objetivos y “bloguero” apunta a aquellas que crean, desarrollan y mantienen un espacio virtual entretenido, artístico o instructivo.

Otras partículas lingüísticas usadas para formar expresiones comunes en Internet o en las distintas redes sociales son “ciber-” y “-nautas”. Ambas pueden  utilizarse junto a términos del castellano o del inglés, por ejemplo, para referirse a un espacio real relacionado con cabinas de Internet o con un  centro de estudios de informática (cibercafé, Cibertec), a un espacio virtual imaginario  (ciberespacio), a acciones ejecutadas por medio de la Internet  (ciberdocencia, ciberbulling, ciberestafa)  o también a las personas que participan activamente en alguna red social (cibernautas, internautas), incluso tratando de particularizar más la referencia como en “cholonautas”.

Otro de los mecanismos lingüísticos más atractivos para los jóvenes, por la necesidad de dotar de mayor fluidez a su pronunciación o escritura, es el acortamiento de las palabras tanto en las sílabas iniciales como en las finales, por ejemplo: “face” (por Facebook), “hi” (por hi5),  “mail” (por e-mail), “web” por página web.

Este léxico tan novedoso y contagiante parece difundirse rápidamente y quizá logre su incorporación a la 23.a edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE).

Alexis Reto

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