El acento castellano y su función distintiva

Por , publicado el 10 de febrero de 2021

El acento castellano, esa fuerza o intensidad de voz que recae en la sílaba de una palabra, tiene una función distintiva que permite diferenciar el significado de los vocablos. No es lo mismo andén (acera de un puente) que anden (del verbo andar), Asia (continente) de asía (del verbo asir). Esto sucede porque el español es una lengua de acento libre, es decir, el acento puede ir en cualquier parte de la palabra a diferencia de otras lenguas donde se mantiene en un mismo lugar como el checo y el finés (sílaba inicial), el polaco (penúltima sílaba), el latín (penúltima o antepenúltima sílaba), el turco (generalmente en la última sílaba), etcétera.

Hay términos en el castellano que varían su contenido léxico simplemente moviendo el acento de lugar. Esto nos hace recordar parte de la poesía El idioma castellano del escritor tarraconense Pablo Parellada, más conocido por su seudónimo Melitón González:

«¿Me quieren decir por qué,

en tamaño y en esencia,

hay esa gran diferencia

entre un buque y un buqué?

¿Por el acento? Pues yo,

por esa insignificancia,

no concibo la distancia

de un presidio a presidió.

Ni de tomas a Tomás,

de un paleto a paletó

ni de topo a que topó

ni de colas a Colás».

En dicho poema humorístico podemos diferenciar en las palabras buque/buqué, presidio/presidió, tomas/Tomás, topo/topó, colas/Colás un acento prosódico (no hay tilde) de un acento ortográfico (presencia de la raya oblicua o tilde) que repercuten en un distinto contenido léxico. En definitiva, el acento, como lo dice Gil en el libro Fonética para profesores de español de la teoría a la práctica es la «sensación perceptiva que pone de relieve una sílaba sobre el resto de las sílabas de la palabra» (2007, p. 535).

Si bien lo usual es que haya signos lingüísticos que se mantengan con una sola significación acorde con una sola posición del acento como virus (primera sílaba), sillón (última sílaba), triciclo (antepenúltima),etc., algunos, de doble acentuación, pueden escribirse con o sin tilde, sin cambiar de significado: alveolo/alvéolo, bebe/bebé, bronquiolo/bronquíolo, búmeran/bumerán, cenit/cénit; chofer/chófer, cóctel/coctel, daiquiri/daiquirí, elite/élite, elixir/elíxir; futbol/fútbol, icono/ícono, karate/kárate, maniaco/maníaco, medula/médula, misil/mísil, olimpiada/olimpíada, páprika/paprika, periodo/período, policiaco/policíaco, quiromancía/quiromancia, rubeola/rubéola, video/vídeo, etcétera.

Sin embargo, otro gran grupo, debido a la función diferencial del acento, cambia la significación. Ya hemos ejemplificado palabras bitónicas o dúos de palabras con distintos significados acorde con la variación de su sílaba tónica, en el primer párrafo y en el poema,

Ahora, daremos ejemplos de las tritónicas, esto es, tríos de palabras idénticas con variaciones de significado, según la posición del acento en última, penúltima o antepenúltima sílaba, siguiendo el esquema acentual de esdrújula, grave o llana y aguda: capítulo/capitulo/capituló, depósito/deposito/depositó, diagnóstico/diagnostico/diagnosticó, específico/especifico/especificó, ejército/ejercito/ejercitó, hábito/habito/habitó, número/numero/numeró, médico/medico/medicó, práctico/practico/practicó, término/termino/terminó, público/publico/publicó, etcétera.

En síntesis, debemos cuidar el acento, tanto el prosódico como el ortográfico, pues, muchas veces, podemos cambiar el sentido en la oralidad al no pronunciar debidamente las palabras o en la escritura al no colocar apropiadamente la tilde. Si escribo: ¡animales a estudiar los distintos tipos de acento!, los estaría ofendiendo; no obstante, mi intención no es esa, sino aconsejarles que animen a otros a estudiar los acentos, por lo que la oración correcta sería: ¡anímales a estudiar los distintos tipos de acento!

Carola Tueros

5 comentarios

Deja un comentario

×