Oficios y profesiones del “sexo débil”

Por , publicado el 7 de septiembre de 2015

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Hoy, 7 de setiembre, se celebra en Perú el Día de los Derechos Cívicos de la Mujer y en honor de todas aquellas mujeres, que además de atender el hogar se han ganado un peldaño en la sociedad por su trabajo, profesión y vida ejemplar, hablaremos de los oficios y profesiones del mal llamado «sexo débil».

La Nueva gramática básica de la lengua española (2011: 19) señala que la marca de género de muchos sustantivos que nombran profesiones desempeñadas en sus inicios solo por hombres designaba el masculino, mientras que la forma femenina se aplicaba a la esposa: la juez (‘la mujer del juez’), la presidenta (‘la mujer del presidente’), la coronela (‘la esposa del coronel’), la gobernadora (‘la mujer del gobernador’), etcétera.

Hoy en día, como la mujer ha accedido a profesiones y a cargos que tradicionalmente eran desempeñados únicamente por varones, dichos usos se han perdido en el ámbito formal y han pasado al coloquial: la jueza ya no es la esposa o mujer del juez, sino ‘la mujer que desempeña el cargo del juez’; la presidenta, ‘la mujer que preside’ y en lo coloquial ‘la esposa del presidente’.

La norma permite utilizar los sustantivos de profesiones y cargos como comunes en cuanto al género (el/la juez, el/la presidente, el/la ministro) o como nombres de terminación variable (juez/jueza, presidente/presidenta, ministro/ministra), aunque se tiende actualmente a la segunda opción. Así tenemos que muchos de los masculinos terminados en –o presentan el femenino en –a: abogada, bióloga, endocrinóloga (endocrina), dermatóloga, odontóloga, ginecóloga, maestra, catedrática, diputada, ingeniera, filósofa, árbitra, arquitecta, licenciada, médica, mandataria, bombera, camarógrafa, etc. Otros coinciden en el femenino con nombres de ciencias, artes, disciplinas o actividades: física, informática, música, política, química, técnica… Sin embargo, a veces, se prefiere el uso del sustantivo común en cuanto al género: el médico o la médico en vez de médica; el músico, la músico en lugar de música; el otorrino/la otorrino (de otorrinolaringólogo), etc.

Algunos sustantivos femeninos correspondientes a masculinos no acabados en –o se están difundiendo, claro está que su aceptación no es la misma en todos los países hispanohablantes: bedela (de bedel), concejala (de concejal), fiscala (de fiscal), consulesa (de cónsul), alcaldesa (de alcalde), alguacila (de alguacil), choferesa (de chofer o chófer), lideresa (de líder), etc.

Y como la incidencia de la mujer en lo profesional ha llegado al Ejército, se consideran comunes en cuanto al género sustantivos que designan grados o jerarquías de la escala militar: el/la cabo, el/la soldado, el/la capitán, el/la coronel, el/la sargento, el/la teniente, el/la piloto, el/la copiloto, el/la sobrecargo, etc. En ciertos países se opta por algunos de terminación variable: la capitana, la coronela, la sargenta, la tenienta.

Con respecto al sustantivo policía es femenino si se refiere a la institución: la policía. Pero común en cuanto al género, si alude a sus integrantes: el policía (masculino) o la policía (femenino).

Debemos tener claro, asimismo, que establecer el género femenino de la profesión u oficio dependerá definitivamente del sustantivo en cuestión, por ejemplo, el masculino chef no lo podemos cambiar a *chefa, la variación de género femenino se da con el artículo o con un adjetivo u otra palabra: la/una chef instructora.

Finalizo este tema preguntándoles si realmente piensan que las mujeres somos el «sexo débil». Respondería que no y lo hemos demostrado a través de la historia. Tenemos la fortaleza para afrontar y sacar adelante muchos proyectos; no solo profesionales, sino también personales. Por eso, van unas merecidas felicitaciones y reconocimiento a cada una por el Día de los Derechos Cívicos de la Mujer.

Carola Tueros
Universidad de Piura

2 comentarios

  • Carlos Felipe Hernández Villarreal dice:

    Mi comentario se limita a transcribir el concepto que cita Oscar Chapitel, psicólogo social y matemático mexicano, nacido el año de 1972:
    “Creo que es tiempo que la mujer deje el estereotipo de dependencia para apoderarse de sí misma; un valor que le ha pertenecido desde que ha nacido, y que ha sido negado por la cultura; un poder que, de tomarlo, cambiaría el rumbo del mundo.”.
    ΩΩ

  • Cesar Augusto Benites dice:

    Revisando el primer diccionario oficial de la RAE, el Diccionario de Autoridades en 6 tomos, publicado entre 1726 y 1739, encuentro que el vocablo “mujer” aún no tenía la letra jota y sí la ge, es decir se escribía “muger”. Si consideramos que el uso termina imponiéndose como forma correcta , entonces debieramos escribir “muger”, ya que desde años próximos al origen del castellano se vino usando hasta el siglo XIX, y sólo fue desplazado por su homófono en el siglo recién pasado.

    El Diccionario de Autoridades nombra 3 entradas para muger, siendo el primero el principal, dice: “Criatura racional del sexo femenino”, en las entradas restantes se nombran algunos modismos que en la actualidad se considerarían machistas, como: a la muger brava dalle la soga larga; a la muger casada, el marido le basta; A la muger y a la picaza, lo que vieres en la plaza (referido al chismorreo femenino). Aunque esos refranes suenan anacrónicos , a mi ver recogieron uno que no lo es: con la muger y el dinero no te burles compañero.

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