Nombres con miga

Por , publicado el 28 de marzo de 2012

Al pasar por una pastelería, aunque podría decir también panadería porque aquí también venden otras cosas, me ha entrado la curiosidad por saber diferenciar una torta de un queque, de un pastel o de un bizcocho. No es de extrañar que las fronteras entre todas estas palabras sean difusas con los otros términos, ya que los ingredientes son casi los mismos y los hablantes los usan casi indistintamente “por la fuerza de grupo”. A los que no sabemos cocinar uno ni otro nos interesará por lo menos paladear los nombres de estas dulces delicias.

He empezado por buscar información sobre el queque porque me pareció que por su nombre se podría descubrir su procedencia con facilidad: se parece sospechosamente a la palabra inglesa cake, de donde efectivamente proviene. El queque es un dulce cocido de harina con azúcar, huevos, leche y mantequilla que se vierte en un molde con un hoyo en el centro.

Las tortas son comunes en los cumpleaños de casi todo el mundo y, aunque no se llamen igual, son parecidas a un queque, pero pueden añadírseles frutas secas y siempre van en un molde sin agujero en el centro. Las tortas son equivalentes a las tartas españolas. Son sucesivamente cocidas al horno, rellenas con capas de algún tipo de dulce untuoso y cubiertas por una crema o, si se las quiere vestir más elegantes, una masa elástica.

Pastel es un término muy ambiguo en España. La RAE lo equipara a torta en el sentido de una ‘masa de harina y manteca, cocida al horno, en el que normalmente se envuelve crema o dulce, y a veces fruta, pescado o carne’. Esto es, el pastel, a diferencia de las tartas o las tortas puede ser indistintamente dulce o salado. Sin embargo, en los viejos libros y documentos de cocina española el nombre de pastel se reservaba únicamente para la masa de hojaldre: ‘Masa de harina muy sobada con manteca que, al cocerse en el horno, forma muchas hojas delgadas superpuestas’, o sea, una especie de pan redondo y plano. De ahí nació el término empanada, ‘masa de pan rellena de carne, pescado, verdura, etc.’, cocida en el horno y de relleno salado. Según el tamaño, a los pasteles se les conoce como pastelillo (tamaño pequeño), pastel (ración más grande)… El progenitor de todos es el pan en su forma más simple.

Y, por último, el término bizcocho. Antiguamente significó ‘pan dos veces cocido’, del latín bis coctus. La doble cocción (que ya no se mantiene) consistía en secarlos en el horno después de cocidos para conservarlos mejor. Era una especie de galleta que de esta manera se podía conservar mucho tiempo, por lo que fue ampliamente utilizada como alimento de soldados y navegantes. El bizcochuelo nuestro es más bien una especie de queque más liviano, ya que lleva menos cantidad de harina y más chuño y se puede rellenar con crema de chantillí o chocolate.

Todos estos postres reciben distintos nombres según el lugar donde se elaboren. Por ejemplo, a nuestro bizcochuelo en España se le llama bizcocho; en Bolivia le dicen pasca o cauca; en Colombia, ponqué y en Chile y el Caribe, queque, aunque todos estemos disfrutando básicamente del mismo postre.

Karent Urízar González

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