El paso del tiempo en las palabras

Por , publicado el 29 de junio de 2012

Cuando se crean nuevas palabras en el idioma, estas son denominadas “neologismos”, una vez que su uso crece y se hace más general en la sociedad empiezan a consolidarse y dar sus frutos que llamamos “palabras derivadas” y, finalmente, muchas de ellas dejan de usarse porque son reemplazadas por otras, y solo se conservan en algunos sectores de la sociedad, en ese caso, reciben el nombre de arcaísmos.

Por supuesto, la mayor parte de las palabras de una lengua permanecen en ella durante siglos sin apenas sufrir cambios. Eso es lo que hace posible que podamos entendernos sin dificultades; no obstante, hay otros vocablos que ya no se emplean en el español actual y que, incluso, se sienten como errores, es lo que sucede con el término “emprestar”, por ejemplo.

El Diccionario de la lengua española (2001) registra la palabra “emprestar” con dos significados: Con el primer significado, ‘pedir prestado’, es solo un verbo poco usado; pero con el segundo significado de ‘prestar’ es considerado en desuso y vulgarismo. Por esta razón, es posible y correcta la expresión: “Haré los trámites para emprestar dinero al banco” puesto que “emprestar” puede reemplazarse por “pedir prestado”; sin embargo resulta vulgar decir: “*¿Puedes emprestarme tu lápiz?”. A pesar de todo, como hablantes del español actual, sentimos ambas expresiones como incorrectas puesto que la palabra “prestar” es la que tiene hoy un uso mayoritario y ha relegado a “emprestar” a la categoría de arcaísmo. No obstante, en el ámbito económico, se sigue diciendo “empréstito”, un término más cercano de “emprestar” que de “prestar”, que significa ‘préstamo que toma el Estado o una corporación o empresa, especialmente cuando está representado por títulos negociables o al portador’.

Los arcaísmos, entonces, son palabras que han desaparecido del habla cotidiana de los hablantes, pero que son usados en ciertos contextos. Ahora bien, cuando se habla de arcaísmos en una lengua que tiene diferentes variantes geográficas o dialectos como el español, se debe tener en cuenta que hay términos que pueden ser arcaicos o no usados en algunos países o lugares; pero conservados o usados en otro ámbito geográfico. Así tenemos que en América se usan palabras que son consideradas antiguas en España, como por ejemplo: “cobija”, “pollera”, “grama”, etc.

Asimismo, hay que aclarar que, algunas veces, al pasar el tiempo, cae en desuso la forma o significante y otras, el significado de la palabra; así que, de acuerdo a ello, podemos distinguir entre “arcaísmos de expresión” y “arcaísmos semánticos”. Se consideran “arcaísmos de expresión” aquellos significantes que no se emplean o se emplean poco en el español actual, por ejemplo: acalenturado (‘febril’), aguaitar (‘acechar, mirar’), crespo (‘rizado’), frazada (‘manta’), etc. Por su parte, los “arcaísmos semánticos” son términos que si bien su significante es bastante usado, su significado resulta extraño, es el caso del verbo “recordar” usado actualmente con el significado de ‘traer a la memoria’ pero que presenta también el significado de ‘despertar’, con el cual resulta arcaico: “Hoy me recordé (desperté) temprano” o “La bebé me ha recordado (ha despertado) varias veces en la madrugada”.

Para terminar es conveniente mencionar que los arcaísmos se conservan en los lugares o sitios más apartados porque son los menos innovadores.

Lady Noelia Olivares Mauricio

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