Él es una fiera; ella, un lince; y él, un bala perdida

Por , publicado el 31 de octubre de 2018

Cuando los sustantivos epicenos que nombran animales y que llevan asociado algún estereotipo se aplican a las personas, como fiera (‘persona cruel o de carácter malo o violento’), hormiguita (‘persona trabajadora’), lince (‘persona aguda, sagaz’), rata (‘persona despreciable’), hiena (‘persona cruel, de malos instintos’), entre otros, mantienen sus rasgos de género, es decir, se alternan para calificar tanto al hombre como a la mujer: Mi vecina es una hormiguita / Mi vecino es una hormiguita; Este muchacho es un lince / Esta muchacha es un lince. Sin embargo, para este mismo propósito, también se emplean algunos sustantivos con la forma de comunes en cuanto al género; en estos casos, sí concuerda el artículo indeterminado con el referente. Así, con el sentido de ‘persona muy tacaña’ (Diccionario de la lengua española, 2014), se usa el sustantivo rata: Miguel es un rata, solo colaboró con algunas monedas / Mariana es una rata, prefirió no comprar nada; con el significado de ‘persona cobarde’; el sustantivo gallina: Raúl es un gallina, no se atreve a hablarle / Daniela es una gallina, se acerca solo hasta la orilla del mar. Esta misma concordancia se aplica también en sustantivos femeninos que no designan animales: Él es un cabeza dura / Ella es una cabeza dura; Él es una bala perdida / Ella es una bala perdida; Él es un cara dura / Ella es una cara dura.

Un comentario

  • Sergio Ortiz dice:

    Interesante.

    Aunque sobre el uso de estos sustantivos como adjetivos, siempre he visto que no necesariamente tiene que haber concordancia, p.ej., con rata: “José es una verdadera rata” / “Margarita, no seas una rata”, y así sucesivamente.

    Gracias.

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