De mochasueldos y pinchaglobos
Por Shirley Cortez González, publicado el 15 de enero de 2025Aprovechando la oferta lingüística que brinda la política peruana, esta vez debido a los congresistas mochasueldos, se tratará aquí del proceso de formación de nuevas palabras que, en español, presenta distintas posibilidades. Una de ellas es la composición, proceso que consiste en unir dos o más unidades ya existentes en la lengua y combinarlas para formar una nueva, cuyo significado no siempre se limita a la suma de sus partes. Hablaremos en particular de los compuestos verbonominales, es decir, que fusionan un verbo con un sustantivo, como mochasueldos.
De acuerdo con la Nueva Gramática de la lengua española, “el esquema V-N es el más productivo de entre los que dan lugar a compuestos propios en todo el sistema morfológico del español” (2009: 11.8a). De esta forma se obtienen nuevos sustantivos con los que se designan, por ejemplo, utensilios, instrumentos o dispositivos (abrelatas, lavavajillas, matamoscas, pisapapeles, quitanieves, sacacorchos, salvapantallas…), individuos (guardabosques, lavacarros, recogepelotas, salvavidas…), acciones (besamanos), juegos (matagente, pasapalabra, rompecabezas), animales o plantas (saltamontes, chupacabras, llamaplata, matabobos…).
Otro grupo de estos compuestos actúan como calificativos, con los que se señalan especialmente “atributos difamatorios de las personas” (NGLE, 2009: 11.8q) que el hablante emplea para marcar enfáticamente su rechazo al tipo de conducta designada: buscapleitos, chupalámparas, vendepatrias, pelagatos, comecocos, hinchapelotas, etc., cuyo uso varía de acuerdo con la zona hispanohablante. Así, aguafiestas, por ejemplo, usual en muchas zonas, tiene su equivalente en el habla peruana en la forma coloquial pinchaglobos, con los que se indica la acción de arruinar algo que se presenta como divertido o bueno, idea que también se expresa con tumbalafiesta, ejemplo de otro tipo de compuesto en el que se fusiona una estructura verbal compleja, que incluye artículo delante del sustantivo (o también un pronombre o una preposición: sabelotodo, bienmesabe, tentempié…).
Por lo general, en este tipo de palabras compuestas, el verbo usado es transitivo, por lo que admite un complemento directo, lugar ocupado por el sustantivo al que se une, que suele estar en plural: recoger (algo) + bolas > recogebolas; matar (algo) + zancudos > matazancudos; quitar (algo) + esmalte > quitaesmalte. El plural de estos sustantivos compuestos suele marcarse a través de un artículo o un determinante: los cubrebocas, muchos portafolios, tres secaplatos, varios lamebotas, etc.
Asimismo, los compuestos de verbo más sustantivo suelen fusionarse en una sola palabra, aunque inicialmente puedan haberse empleado por separado, lo que supone, además, respetar las normas ortográficas que esta fusión impone, como escribir m delante de p (tentempié) o usar doble erre entre vocales (cazarrecompensas). Del mismo modo, la tonicidad del primer elemento se pierde y la conserva el último, que llevará tilde o no según las reglas generales de acentuación: reposapiés (aguda terminada en –s), cortacésped (grave terminada en -d), quitasol (aguda terminada en –l).
En cuanto a su significado, muchos de estos compuestos verbonominales tienen un significado transparente, esto es, que la suma de sus partes se corresponde con lo que se quiere indicar: un abrelatas es un ‘instrumento que sirve para abrir latas de conserva’ (DLE, 2014, v. 23.8); otros, en cambio, no se pueden interpretar literalmente: saltaperico, por ejemplo, es en Perú el nombre de un arbusto (Diccionario de americanismos, 2010) y, en el habla coloquial cubana, una ‘persona inestable’ (DLE, 2014, v. 23.8).
Por último, en mochasueldos, el significado es transparente: el verbo mochar se refiere a la acción de ‘recortar’ el sueldo de un trabajador. Este uso surge en Perú a raíz de esta práctica ilegal por parte de ciertos congresistas que exigían a sus trabajadores parte de su salario obligándolos a depositarlo en cuentas de terceros de las que se beneficiaban. Así, mochasueldos se emplea como sustantivo, precedido o no de modificador: ‘Mochasueldos’: Comisión de Ética aprueba informe que recomienda suspender por 120 días al congresista Raúl Doroteo (Infobae 3/12/24); Los ‘mochasueldos’, los congresistas de Perú que roban el sueldo a sus trabajadores (El País, 27/08/23); Tras el Caso Urtecho, 11 “mochasueldos” tiemblan (Correo, 10/11/24), pero también como aposición de otro sustantivo: ¿Congresistas ‘mochasueldos’ se benefician con nueva ley de crimen organizado? (Exitosa Noticias, 13/08/24); Congreso: exigen máxima sanción y desafuero para parlamentarios ‘mochasueldos’ (Expreso, 25/12/24). En casi todos los casos, los titulares emplean esta palabra entrecomillada, como una muestra del registro coloquial o del uso relativamente novedoso que se le da a esta palabra.