Hablando se entiende la gente

Por , publicado el 5 de septiembre de 2016

conversacion

Aunque el título evidencia una verdad, no pretendemos ahondar sobre la importancia de la comunicación oral ni mucho menos reseñar el libro del hispanista alemán Kurt Spang que lleva el mismo nombre; sino analizar el gerundio, signo lingüístico usado y a la vez evitado por no caer en temidas confusiones.

La Nueva gramática básica de la lengua española (2011:156) señala que el gerundio es una categoría verbal imperfectiva que se forma mediante la adjunción de la desinencia –ndo a la vocal temática del verbo: -a- en la primera conjugación (hablando); -ie- en la segunda (comiendo) y en la tercera (viviendo). Puede ser simple (hablando) o compuesto (habiendo hablado).

Es una forma no personal del verbo, pues carece del morfema de persona (yo, tú, él…), no obstante, puede presentarse de forma independiente y funcionar al mismo tiempo como verbo y adverbio. Por esta doble función, el lingüista Rodolfo Lenz lo llamó también verboide: Abrió la puerta tiritando o Tiritando abrió la puerta (tiritando= complemento circunstancial de modo). Al igual que el adverbio, tiene libertad de posición en el enunciado: Hablando se entiende la gente; La gente se entiende hablando; Se entiende, hablando, la gente.

El gerundio simple, habitualmente, señala una acción simultánea a la del verbo principal: Me fatigo haciendo ejercicios (=cuando hago ejercicios). También puede expresar anterioridad inmediata: Se mete en el frigorífico, enfriándolo previamente. Lo incorrecto es el gerundio de posteridad, aquel que manifiesta consecuencia, efecto o una acción posterior a la del verbo principal: *Subimos al tren eléctrico, dirigiéndonos seguidamente a Gamarra. Mejor: Subimos al tren eléctrico y nos dirigimos a Gamarra; *El ladrón huyó siendo detenido horas después. Mejor: El ladrón huyó, pero fue detenido horas después. Manuel Seco acota que solo es aceptable si la posterioridad es inmediata: Entró a la casa dando un portazo.

Por otra parte, el gerundio compuesto se utiliza para indicar una circunstancia anterior a la acción principal (sea inmediata o no): La profesora, habiéndolo comunicado varias veces, nos tomó un examen. Incorrecto: *La profesora nos comunicó varias veces tomándonos un examen.

Es correcto el gerundio explicativo (El chofer, viendo el peligro, detuvo el vehículo), el condicional (Asegurándolo sus padres, habrá que creerlo); el causal (Me parece improbable que asistan estando enfermos), el concesivo (Aun hablando, no se entendieron) y el que aparece en enunciados independientes como titulares de periódicos, pie de fotos, cuadros, etcétera (El ángel anunciando a María).

En oraciones ambiguas, o bien sustituimos el gerundio por una oración de relativo, o bien cambiamos la construcción gramatical: *Tengo un perro siendo cojo. Hay anfibología porque no sabemos quién cojea (¿el perro o el sujeto?), entonces, alteramos la oración acorde con nuestra intención comunicativa: Tengo un perro, que es cojo o Soy cojo y tengo un perro.

No debemos usar el gerundio con objetos o animales, sino con personas: Juan estaba leyendo una novela; *Chocó una camioneta transportando gaseosas. Mejor: Chocó una camioneta que transportaba gaseosas.

Es incorrecto como modificador restrictivo del nombre, construcción frecuente en el lenguaje periodístico y administrativo; es preferible el uso de una oración de relativo o un grupo preposicional: Últimas encuestas informando sobre la intención de voto. Mejor: Últimas encuestas que informan sobre la intención de voto; Últimas encuestas para informar

Tampoco debemos emplearlo si el sujeto implícito del gerundio no es el sujeto de la oración: *Vimos a Lara dirigiéndose a Chorrillos. Mejor: Vimos a Lara, que se dirigía a Chorrillos.

Y si hablando se entiende la gente, también diremos que leyendo, investigando, reflexionando; y, sobre todo, practicando los buenos usos del castellano, aprendemos más. Esta vez, sobre el gerundio.

Carola Tueros
Universidad de Piura

Foto: Adam Jones (CC BY-SA 3.0)

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