Esa ce de los diminutivos 

Por , publicado el 30 de marzo de 2022

Los diminutivos son sufijos añadidos a una palabra con los que se expresa tamaño pequeño o cierto grado de implicación afectiva del hablante. En español se usa el diminutivo, sobre todo, en los sustantivos (sillita o sillica) y adjetivos (limpito o limpiecito), y en menor medida en los adverbios (despacito, lejitos), algunas interjecciones (hasta lueguito), algunos numerales (dositos, tresitos) y hasta en gerundios (andandito, cantandito). Se forman añadiendo un sufijo: -ito/a, -illo/a, -uco/a, -ico/a, -ín, -ino/a; de los cuales el hablante usará el de su preferencia o el que sea de uso común en su zona lingüística.

A propósito, es notable la preferencia del uso de los diminutivos con -ecito/-ecita en España frente a la de América por –ito/-ita, aunque se ven muchas alternancias en algunas palabras. Por ejemplo, piececito y piecito, rubito y rubiecito, cafetito (/cafelito, con interfijo -t- o -l-) y cafecito, panecito (/panecillo) y pancito. En este artículo vamos a ocuparnos de los diminutivos y sobre todo de los que se forman con –ecito, –ecita por la dificultad ortográfica que nos suele acarrear a los hablantes que no distinguimos el sonido de s, c y z. De ello nos ocuparemos al final.

Antes repasaremos su formación. La regla académica de los diminutivos en español, que se puede revisar en la Nueva gramática de la lengua española (2009) establece quepara las palabras terminadas en vocal átona,  si estas terminan en -a/-o, la variante -ito/-ita es la más frecuente. Sin embargo, en España la tendencia es formarlos con -ecito/-ecita cuando la palabra es bisílaba y la sílaba tónica contiene diptongos en -ie- (hierbecita, tiernecito) o –ue– (jueguecito, nuevecita). Cabe aclarar que en América, en estos casos, se registra una alternancia entre -ito/-ita y -ecito/-ecita: jueguecito/jueguito, viejecito/viejito. Si la vocal final es -e, el diminutivo debe formarse en -ito/-ita si la palabra tiene más de dos sílabas, y en –ecito/-ecita si es bisílaba. Por ejemplo, se dice compadrito, comadrita, pero padrecito, madrecita.

En las palabras terminadas en vocal tónica, el diminutivo tiende a formarse con -cito/-cita, aunque hay alternancias de uso entre cafecito, cafelito, cafetito, cafeíto en algunas zonas; también se encuentran alternancias del diminutivo de mamá y papá, como mamacita, mamaíta, mamita, etc.

Por otro lado, en los monosílabos terminados en consonante predomina –ito/-ita pero sigue la alternancia con -cito/-cita en algunas palabras como florcita y florecita, solcito y solecito, etc., que también tienen preferencias de uso según la procedencia del hablante. Las palabras no monosílabas terminadas con –n o en –r tienden a formar diminutivos en -cito/-cita como amorcito, jovencito, mujercita, virgencita, con excepciones como señorito/-ita. Por su lado, varios sustantivos y adverbios terminados en –s adoptan diminutivos en –itos/ –itas (apenitas, lejitos) o –citos/ -citas (Dolorcitas de Dolores). En el resto de palabras que no son monosílabos y terminan en consonante, es –ito/-ita la variante más habitual: arbolito, Jesusito, naricita, etc.

Llegamos, finalmente, a la cuestión ortográfica. A estas alturas, el atento lector se habrá ya dado cuenta de que es la -c la propia del sufijo. Las palabras que terminan en -so y –sa conservan, por supuesto, la s para formar su diminutivo, añadiendo tan solo –ito/-ita (besito, pesito, princesita, alcaldesita). Pero en el caso de los monosílabos en singular terminados en s, el diminutivo se forma colocando -ecito/-ecita (mesecito, gasecito tosecita). En el caso de los monosílabos que terminan en z, esta se convierte en c al hacer el plural, y su diminutivo también llevará c. Por ejemplo, el plural de luz es luces y su diminutivo será lucecita; de pez, peces y el diminutivo pececito, etc. Por último, en el caso de las palabras que terminan con –zo o –za, esta z también se convierte en c. Por ejemplo, el diminutivo de abrazo es abracito, el de cabeza es cabecita.

Concluida la explicación, solo nos queda despedirnos ya de los lectores… ¡Adiosito!

6 comentarios

  • Paco (con ñ) dice:

    Os habéis olvidado de la terminación en -ín y en -ina.
    Por ejemplo, mi tío y su hijo, mi primo; se llamaban igual. Para distinguirlos, uno era Tomás, y el otro Tomasín.
    Otro caso sería -ín/Ina: chiquitín/chiquitina. Chiquinín/chiquinina.
    ¡Vamos…, una verdadera locura para los que quieran estudiar nuestro idioma!

  • Paco (con ñ) dice:

    Bueno, me he liado un poco, pero sé que me habéis entendido. A que sí.

  • Carlos GN dice:

    Paco (con ñ), CA sí incluyó -in (penúltima línea del primer párrafo), pero bien aclara que dependerá de la zona lingüística. En efecto, en México preferimos usar Tomasito que Tomasín.

  • Jacinto Gonzales dice:

    “Concluida la explicación, solo nos queda despedirnos ya de los lectores… ¡Adiosito!”
    Su despido es final, ¿para siempre?

    Una vez, en estos dominios leí algo así:
    Un parroquiano, cansado él por su dura faena, en restaurante le dice al mozo:
    – Tráeme un pancito con su jamoncito y un tamalito con su poquito de ajícito.
    Y el camarero le replica;
    – Déjate de niñerías, habla como hombre y no con tantos diminutivos.
    ¿Porqué es que hablas así?
    A lo que le responde:
    – Es que tengo mucho …apeto!

  • Amarilis C Suarez dice:

    En Cuba usábamos ico como diminutivos cuando las palabras terminaban con t seguida de vocales Gato, pato, arete, rato etc: gatico, platico, ya que no había cacofonía y también el diminutivo illo e in

  • V.Angel dice:

    Por favor esponjoCito o esponjoSito.
    Gracias.

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