En pocas palabras

Por , publicado el 28 de mayo de 2018

Cuenta Ricardo Palma en una jocosa tradición sobre el juez don Cirilo Sorogastúa, subdelegado de Chachapoyas en tiempos del virrey Amat, que llegó a su despacho el siguiente caso, leído de este modo por su secretario: «Queja de un labrador contra el repartidor de aguas de regadío. Dice así la sumilla: “Pide un riego antes que se le sequen los melones”», solicitud que, dicho sea de paso, fue denegada. Interesa, sin embargo, la aparición ya desde tiempos de Palma de esta palabra que hoy nos ocupa: sumilla.

Sumilla, formada a partir de suma más el sufijo diminutivo –illa, conserva la idea de suma como la conclusión o la parte esencial de una cosa, valor que se conserva también en el sustantivo sumario (‘compendio, resumen’) y en la locución en suma, equivalente a en resumen, en síntesis. Es ese valor de reducción a lo más importante el que se acoge en los distintos usos que recibe la palabra sumilla, como se verá.

En Perú se ha impuesto el uso de esta palabra para referirse a un texto breve de carácter académico que resume el contenido de una propuesta de comunicación o ponencia que interesa presentar en una actividad científica (congreso, conferencia, curso…). En este caso convive con el castizo resumen y el anglicismo abstract, de uso también frecuente, como se aprecia en este ejemplo: El plazo de envío de la propuesta de sumilla (abstract) vence el domingo 7 de julio de 2013. La sumilla debe ser de aproximadamente 250 palabras. Asimismo, en el ámbito académico universitario, se denomina sumilla al párrafo que resume el contenido de una asignatura. Por ejemplo: Para acceder a las sumillas de los cursos obligatorios y electivos del plan de estudios 2016-2 ingrese al siguiente enlace.

También el resumen que condensa el contenido de un escrito judicial o administrativo (resolución, sentencia, informe…) se llama sumilla. Y así mismo se llama el enunciado que sintetiza el contenido de una solicitud, como en Solicitud de reprogramación de cronograma de pagos, enunciado que en este documento se ubica al margen superior derecho, antes del destinatario.

Sumilla se encuentra registrada en el Diccionario de americanismos (2010) como peruanismo con dos acepciones: ‘Resumen de un curso o conferencia’ y ‘Anotación resumida que se hace al margen de la página de una publicación escrita’. Con esta segunda acepción, la sumilla se concibe como una técnica de comprensión lectora que consiste en parafrasear de manera más breve el contenido de un párrafo. De este uso deriva el verbo sumillar (‘hacer una sumilla’) y el participio sumillado, usado como sustantivo: Aplicar la técnica del sumillado en este texto.

Se recoge allí mismo una tercera acepción, restringida al uso ecuatoriano: ‘Instrucción para un subalterno o resolución para dar trámite a un asunto, escrita por el jefe de una oficina, generalmente gubernamental’. Y del sustantivo se pasa al verbo, sumillar, con el que se criticaba en un diario ecuatoriano la injerencia de la esposa del presidente: Según fuentes cercanas al Gobierno, los nombramientos en los diferentes ministerios son aprobados por Chávez, pero se ejecutan únicamente si la esposa del Presidente de la República, Lucía Peña de Alarcón, sumilla las carpetas, caso contrario quedan insubsistentes estas designaciones (Diario Hoy 8/07/97, en CORDE.)

En suma, sumilla, sumillar y sumillado son voces de uso corriente en el español peruano y ecuatoriano, ligadas al ámbito administrativo, judicial y académico aunque con acepciones diferentes en cada zona dialectal. No obstante, tienen en común la idea de sintetizar, de ser un texto que apunta a decir solo lo esencial.

Shirley Yanuaria Cortez González

Referencia de la imagen: https://legis.pe/cas-lab-12737-2016-lima-trabajador-indemnizacion-despido-tutela-restitutoria/

 

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