El que queja se queja

Por , publicado el 24 de marzo de 2012

Si alguna autoridad judicial, sea juez, fiscal, vocal, magistrado, cometiera algún abuso, usted tiene toda la libertad de quejarse y hacer valer sus derechos. Pero con las quejas, el verbo es clave. No es lo mismo “quejarse de alguien” que “quejar a alguien”. Veamos, pues, cuál es la gran diferencia.

En el primer caso, quejarse necesita de pronombre en su conjugación (me quejo, te quejas, etc.) y puede ir acompañado de distintas preposiciones: “de”, si indica disconformidad, disgusto o padecimiento (Se queja de dolor de cabeza); “por”, para manifestar desacuerdo o molestia con algo o con alguien (Se quejan por la subida de precios); o “ante”, “a” o “con”, si se indica la persona ante quien se presenta la queja: Se quejó con (ante/al) el administrador por la mala atención.

En cambio, quejar presenta una forma distinta: elimina el pronombre de su conjugación (yo me quejo, tú te quejas), y solo acepta la preposición “a”, que indica la persona o institución que es objeto de la queja. Por ejemplo: Quejan a juez.

Este verbo, además, se usa solamente en lo jurídico, con el significado de “presentar un recurso queja”. Fuera de ese contexto, se emplea quejarse. Por lo tanto, si alguien está en desacuerdo con la actuación de un juez o un fiscal, por ejemplo, entonces quejará al juez o al fiscal. Pero si lo que quiere es manifestar su molestia por algo: se quejará por algo o de algo a, con o ante alguien.

Pero este verbo tiene familia. Explico: si una persona queja a otra, entonces estas dos pasan automáticamente a identificarse como el quejoso y el quejado, respectivamente.

El término quejoso puede funcionar como adjetivo o sustantivo. En el primer caso, acompaña a un sustantivo, como en los siguientes ejemplos: Hay mucha gente quejosa, Gerente Municipal de Trujillo atiende a taxistas quejosos. Vale decir que este adjetivo está presente en distintos países, además de Perú: Argentina, El Salvador, España, México, etc.

No obstante, en España y en América este adjetivo se usa de forma distinta. Mientras que en España quejoso acompaña al verbo estar; en casi toda América, se usa con ser. Por ejemplo: Estoy quejoso con él porque me gritó ayer; Manifestó que si bien las personas del sector privado a veces son quejosas, también lo son los [sic] del sector público.

El segundo caso es el de quejoso como sustantivo o, mejor dicho, un adjetivo sustantivado. Es decir, se omite el sustantivo y en su lugar se coloca un artículo: el quejoso, la quejosa, los quejosos, las quejosas. Veamos algunos ejemplos: Ha afirmado que la quejosa le entregó dinero; Han obligado a los quejosos a firmar diversos documentos. Usado como sustantivo, quejoso se emplea dentro del ámbito jurídico para señalar a la persona que queja a otra. En otras situaciones es muy poco usado y se prefiere como adjetivo.

El tercer miembro es quejado que en el ámbito jurídico designa a la persona contra la cual se ha presentado un recurso de queja: un juez, un fiscal, un vocal…, que, por cierto, son los más quejados: El quejado debe comparecer en el plazo de diez días, El quejado Vocal Superior…

En conclusión, quejar no es lo mismo que quejarse. La elección del verbo dependerá de la queja: si es judicial, el verbo irá sin pronombre; si es una queja que no necesita ir a juicio, con pronombre. Asimismo, quejoso como adjetivo deja las salas judiciales para infiltrarse en la vida cotidiana, a diferencia de quejado y quejoso (sustantivo) que permanecen en las salas penales.

Shirley  Y. Cortez González

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