De andar, ¿andé o anduve? 

Por , publicado el 7 de junio de 2023

La acción de ir de un lugar a otro dando pasos es mucho más compleja de lo que parece. Si bien un niño pequeño empieza entre los nueve y doce meses a dar sus primeros pasos y, poco a poco, va adquiriendo confianza a la hora de desplazarse, algunos adultos necesitarán más que pasos y confianza para aprender a conjugar el verbo andar. 

Como sabemos, hay verbos regulares e irregulares. Los regulares son aquellos que no presentan cambios en su estructura interna y se ajustan a los modelos de las tres conjugaciones tradicionales (-ar, -er, -ir): amar (amo, amé, amaría…), temer (temo, temí, temeré…), partir (parto, partí, partiré…). En cambio, los irregulares son aquellos verbos que sí sufren variaciones y, por lo tanto, no se ajustan a los modelos clásicos; así, por ejemplo, la primera persona del singular del presente de indicativo del verbo poner es pongo y no *pono. 

Según el Glosario de términos gramaticales (2019, s. v. verbo irregular), podemos identificar tres tipos de irregularidades: vocálicas, consonánticas y mixtas. En el primer tipo observamos la alternancia entre vocales (pedir ~ pido) o entre vocales y diptongos (contar ~ cuento; dormir ~ duermo). En el segundo tipo se da el cambio, pero entre consonantes (hacer ~ haga). Y, finalmente, en el tercero encontramos sustituciones tanto de vocales como de consonantes (decir ~ digo); asimismo, entran en este grupo aquellos verbos con dos o más raíces, tales como el verbo ir > iré ~ voy; y el verbo ser > somos ~ fuimos. 

Al parecer son dos las razones que originaron la irregularidad del verbo andar, que en sus inicios fue regular, según se puede rastrear. La primera estaría en la intercalación de -uv- entre la raíz y la desinencia por analogía con algunas formas verbales como estar (estuve) y tener (tuve). La segunda razón estaría en la influencia irregular del verbo haber, un verbo que, como sabemos, presenta distintas formas en su estructura interna: he, ha, había, hube, hubo, habría, haya, hubiere, hubiera…  

Ahora bien, conviene precisar que la irregularidad de este verbo solo aparece en un tiempo del modo indicativo y en dos del modo subjuntivo. En el indicativo se da en el pretérito perfecto simple, llamado también pretérito indefinido: anduve, anduviste, anduvo, anduvimos, anduvisteis, anduvieron; en el subjuntivo está en el pretérito imperfecto (anduviera o anduviese, anduvieras o anduvieses, anduviera o anduviese, anduviéramos o anduviésemos, anduvierais o anduvieseis, anduvieran o anduviesen); y en el futuro imperfecto (anduviere, anduvieres, anduviere, anduviéremos, anduviereis, anduvieren). Así, cuando me refiera a hechos pasados reales usaré el indefinido: Anduve tres años por las montañas; Mi hermano anduvo descalzo y se lastimó el pie. En cambio, si son hechos hipotéticos, inespecíficos usaré el imperfecto del subjuntivo: Le dijeron que no anduviera descalzo porque se lastimaría. Y, por último, para hechos eventuales podré recurrir al futuro: Quien anduviere haciendo destrozos será castigado 

Así pues, estimado lector, recuerde que para andar necesitará más que sus dos piernas; necesitará recordar que son incorrectas: *andé, *andó, *andaste, *andara, *andaras… y no deberá usarlas. 

5 comentarios

  • Luz María Berrío Moreno dice:

    Gracias. Es maravilloso poder aprender todos los días. Y el español es un idioma delicioso.

  • Miriam Prozzi dice:

    Gracias.

  • Valentina dice:

    Matemáticas

  • Aleix dice:

    Muchas Gracias. Me habéis ayudado con mis tareas de clase.

  • Pili Rojo dice:

    Acabo de leer en “Vicente Ferrer, la revolución silenciosa”, por Alberto Oliveras, “andó casi cuatro horas de noche”… ¡Me ha hecho daño a la vista!

  • Bernardo Rafael Álvarez dice:
    Tu comentario está pendiente de moderación. Esto es una vista previa; tu comentario será visible cuando se haya aprobado.
    Pili Rojo: Qué lástima que se haya producido alguna irritación en la vista; le recomendaría que compre, ya, algún colirio en la farmacia. Ahora, veamos (aunque, tal vez un poco borroso, por lo de la ”irritación» visual) lo de Alberto Oliveras. Lo que él dice en su libro (”Vicente Ferrer, la revolución silenciosa») no es nada incorrecto, solo se trata de una forma que la «lengua culta» (o sea, los hablantes «cultos»: académicos, intelectuales, profesores universitarios, periodistas, profesionales, en general, etc.) no asume como válida, no la considera correcta; eso, solo eso es lo que ocurre. Y, claro, la RAE también asume tal cosa, como bien señala la Fundéu: «La RAE -dice- sigue considerando que ‘andé’ es una incorrección». No es lo que piensan muchos otros usuarios de la lengua, incluidos, ciertamente, algunos escritores, como, por ejemplo, Vargas Llosa y Bryce Echenique y, claro, el mismo Oliveras. El tiempo nos dirá, en su oportunidad, si esta forma (que es, gramaticalmente, regular: es decir, correctamente formada), recupera el terreno que tenía antaño. Mientras tanto, lo justo es afirmar que se trata, simplemente, de una forma arcaica o que no es de uso generalizado, pero no que es ”incorrecta». Le cuento, hasta hace poco, un verbo era casi visceralmente rechazado por la misma Academia y, sin embargo, en la actualización 23.5, lo incluyó en el Diccionario: el verbo «aperturar». ¡Un abrazo!

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