Sobre mi persona 

Por , publicado el 26 de abril de 2023

Desde que hemos aprendido a hablar, hemos ido reconociendo aquellas circunstancias que merecen un uso formal y más cuidado de nuestras expresiones. Nuestros padres, con la frase así no se le habla a mamá/papá/al profesor o profesora, etc., nos enseñaron que hay que adecuar nuestras expresiones de acuerdo con quiénes hablamos o según las circunstancias. Por lo tanto, no hablamos igual siempre, sino que nosotros mismos hacemos variaciones de acuerdo con el contexto de cada situación: a estos cambios se les denomina registro. 

El registro se refiere a la adecuación de nuestras palabras conforme la situación comunicativa en la que estamos. Estas pueden ser, por un lado, formales y eso nos obliga utilizar un registro que sube desde el estándar hasta el culto; y, por otro lado, están las informales, en las que el registro baja desde el coloquial hasta el vulgar. Por lo tanto, el hablante más experimentado va a seleccionar acertadamente el registro dependiendo de la situación comunicativa. 

Ahora bien, en busca de esta competencia lingüística, el hablante se esfuerza por seleccionar palabras y frases que representen lo que quieren decir, pero que no siempre son adecuadas o aceptadas por su comunidad. Este es el caso del uso de la expresión mi persona, para referirse realmente al yo del que habla, que no termina de establecerse en el español peruano, por lo que aparecen dos grupos opuestos de uso muy marcados. 

Debemos decir que esta expresión hace evidente la referencia al emisor del mensaje cuando se está en un contexto formal y prefiere no referirse directamente a sí mismo. Son conocidas expresiones que desde hace muchos años los hablantes han usado para referirse a sí mismos, como quien les habla, quien escribe, etc. Se usa también el plural de modestia, en la redacción de textos formales o académicos, donde se usa la primera persona del plural y el pronombre nos, en sustitución de yo. Pero, entonces, ¿por qué la expresión mi persona no consigue esa misma aceptación? 

Uno de los problemas es que al usar esta frase el hablante se anula, es como si no estuviera presente y se estuviera hablando de otra persona diferente con la que no se quiere involucrar ni asumir la responsabilidad de todo lo que esta otra persona dice o hace; por ejemplo, en Gracias por la gestión a favor de mi persona. Otro problema es que la frase esconde una falsa modestia cuando no se usa en contextos formales y cuando se hace un uso exagerado de esta. 

Como menciona Eritza Liendo, escritora y conductora de «Buen Decir y Punto» esta frase se usa «para dar una impresión de formalidad, educación o profesionalismo pero, donde no es costumbre, resulta chocante» HispanoPost (2020). Además, comenta que usar esta frase es «una forma de tercerizar la propia identidad, de anularnos discursivamente», por ejemplo, El único vocero de esta campaña es mi persona, al escuchar esta frase esperamos una información diferente, puesto que lo natural de la frase sería Yo soy el único vocero de esta campaña. Termino con una consulta hecha a la RAE por Twitter : «¿Es correcto decir “mi persona” en lugar de “yo”?», a la que la institución responde «Sin ser incorrecto, el uso de “mi persona” en lugar de “yo”, resulta afectado»; es decir, que al usar esta expresión se pierde sencillez y naturalidad (DLE, 2014 v. 23.6), como en este caso: Si ustedes consideran que mi persona es perjudicial, tienen la facultad de censurarme. 

2 comentarios

  • Javier Ayala dice:

    Muy buen articulo. Felicitaciones.

  • Guillermo Rodríguez dice:

    Buenas tardes.
    Todo bien sobre el artículo, pero sobre el nombre del espacio, ¿No debería de ser “Español Actual” en lugar de “Castellano Actual”.
    Lo digo porque nuestro idioma es el español y no el castellano, que se habla en Castilla, como el catalán en Cataluña.
    Gracias.

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