San Pedro y San Pablo

Por , publicado el 29 de junio de 2015

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Carola Tueros
Universidad de Piura

Hoy, 29 de junio, hablaremos de la palabra santo y de su acortamiento san en honor de los santos Pedro y Pablo. En el título aparece con mayúscula la palabra san porque la normativa ortográfica prescribe que los nombres y adjetivos de festividades religiosas se escriban con mayúscula inicial: la Semana Santa, San Fermín, la Fiesta Patronal de San Pedrito, el Señor Cautivo de Ayabaca, el Señor de los Milagros, la Inmaculada Concepción, Día de Todos los Santos, etcétera.

La voz santo proviene del latín sanctus y este del verbo sancire ‘consagrar’. Morfológicamente puede ser adjetivo o sustantivo de acuerdo con el contexto comunicativo; y, por tanto, presentar variaciones de género y número santo/s, santa/s: Puso una vela al santo/ a los santos; Parece(n) una(s) santa(s); Soy devota de santa Isabel; De distintos tamaños eran los santos Domingos y las santas Teresas expuestos en esa tienda, etcétera.

El término san es un adjetivo apocopado que se usa ante nombres propios masculinos de santos, es decir, de aquellas personas que la Iglesia declara darles culto: san José, san Sebastián, san Juan Bautista, san Isidoro, san Fermín, san Francisco, san Antonio, san Josemaría Escrivá, etcétera. No obstante, mantiene su forma plena delante de antropónimos de santos que empiezan con las sílabas to- y do-: santo Tomás, santo Tomé, santo Toribio, santo Domingo.

Si nos fijamos en los ejemplos dados, vemos que san, santo, santa, santos, santas están generalmente con minúscula; lo cual es correcto según la Ortografía de la Real Academia Española (2010: 470) y el Diccionario panhispánico de dudas (2005: 588). Solollevan la mayúscula inicial en abreviaturas: S. Agustín (san Agustín), Sta. Mónica (santa Mónica); en algunas acuñaciones tradicionales: San Juan (por san Juan de la Cruz), Santa Teresa (por santa Teresa de Jesús); y cuando no funcionan como tratamiento, sino que forman parte de expresiones denominativas o de un nombre propio, tales como vías urbanas, instituciones, edificios públicos o apellidos: localidad de Santo Domingo de Silos (Burgos); el distrito de Santa Clara (Lima); Universidad San Ignacio de Loyola (Perú); Clínica Santa Isabel (Lima); Hospital de San Rafael (Madrid), don José de San Martín (protector del Perú).

Si bien ya hemos explicado que el adjetivo santo se apocopa o pierde su última sílaba ante nombres propios: san Leopoldo, san Bonifacio; actualmente se debate que santo constituya un verdadero adjetivo en estos enunciados. El argumento válido acotado por la Nueva gramática de la lengua española (2009: 936) se centra en que dicho adjetivo no sufre apócope cuando modifica a nombres comunes o se halla en locuciones nominales: todo el santo día y no *todo el san día, el santo padre y no *el san padre, el Santo Oficio y no *el San Oficio, el santo varón y no *el san varón; por ende, la variante san se incluye en un paradigma de fórmulas nominales apositivas, al que pertenecen asimismo otras expresiones de tratamiento átonas o antenombres como don, fray o sor: don Álvaro del Portillo, sor Cristina, fray Tomás de Celano, etcétera.

Finalizo el artículo invocándolos a colaborar con el óbolo de San Pedro en este Día del Papa y también Día del Pescador. Festejemos con espíritu caritativo y cristiano la efeméride de los apóstoles Simón y Saulo, solemnidad mayormente conocida por sus hagiónimos o nombres de santos como San Pedro y San Pablo.

Foto: Andrzej O (CC BY-SA 3.0 PL)

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