Entre cohetones y bombardas

Por , publicado el 30 de diciembre de 2013

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En las celebraciones de Navidad y Año Nuevo es imposible no percibir la variedad de juegos pirotécnicos adquiridos por los niños y jóvenes de nuestra ciudad y del país entero, incluso sus fabricantes usan nuevas denominaciones para continuar captando la atención de sus consumidores, por ejemplo: “ratablanca”, “mariposa”, “vaca loca”, haciendo referencia a algunas similitudes con determinados animales por su forma o por alguna acción característica. Otros términos aluden a efectos visuales o sonoros que intentan imitar fenómenos de la naturaleza, acciones cotidianas u objetos específicos como la “lluvia”, “el volcán”, “la bomba trueno”, la “candelilla”, el  “pop corn”,  o los “silbadores. Sin embargo, las denominaciones más extendidas están relacionadas con armas de fuego o símbolos fatídicos: “bombardas”, “binladen”,  “la calavera”, “cohete de Troya”, “cohetón” o “cohetecillo”.

Todo este listado de expresiones sugiere una reflexión acerca del origen de dos palabras cruciales: “pirotecnia” y “cohetón”. Pirotecnia es un sustantivo femenino que proviene del griego y está incluido en el DRAE (2001) con tres acepciones: ‘Técnica de la fabricación y utilización de materiales o fuegos artificiales’, ‘Material explosivo’ y ‘Fábrica de dichos materiales o productos’. De esta palabra se deriva el adjetivo “pirotécnico, ca” con el sentido de ‘relativo a la pirotecnia’ y de ‘conocedor y practicante del arte de la pirotecnia’.

Con respecto a cohetón, este surge de la unión del sufijo aumentativo -ón con el sustantivo “cohete”; aunque, en realidad, no se entiende como un cohete grande, sino que ha pasado a ser una palabra distinta. Sin embargo, esta no aparece en el DRAE (2001), pero sí cohete, que proviene del catalán, y que en una de sus acepciones es considerado como ‘fuego de artificio’, pero con una característica más específica, que es la de asemejarse a un cohete de propulsión. En tanto, la palabra cohetón está bastante difundida en el Perú y ha sido incluida en varios diccionarios de peruanismos, aunque con una carga semántica más amplia, que coincide con lo que afirma la DISCAMEC peruana al considerar propiamente como cohetones a todos los ‘artefactos pirotécnicos explosivos’, por eso es que los medios informan que se “ha autorizado únicamente 12 puntos en Lima para la venta de fuegos artificiales deflagrantes (que arden súbitamente con llamas, pero sin explosión), luminosos, y no los temidos ‘cohetones’.” ¡A obedecer se ha dicho!

Alexis Reto
Universidad de Piura

Fotos: NobbiP (CC BY-SA 3.0)

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