En ciertas circunstancias como esta su presencia es necesaria

Por , publicado el 28 de marzo de 2016

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No cabe duda de que existen personas que le otorgan sentido o relevancia a nuestras vidas estén lejos o cerca y que, en ciertas circunstancias, su presencia es necesaria. Sin embargo, estimado lector, no es mi propósito desarrollar un tema de carácter subjetivo o personal. En esta oportunidad, hablaré del uso de la coma. Efectivamente, si la coma estuviese presente en el enunciado que encabeza el texto, determinaría mejor su estructura y jerarquía oracional al establecer eficazmente la relación de sentido entre el complemento circunstancial En ciertas circunstancias como esta y la construcción su presencia es necesaria. Si bien existen enunciados de este tipo en los que la coma es prescindible, puesto que, como sostiene Amílcar (El uso de la coma, 1972: 39), sin ella no se resiente el sentido ni se conmueve la claridad (como en la expresión En este momento iré), existen otros en los que es recomendable su presencia. Este breve análisis nos conduce al campo de la puntuación para situarnos, específicamente, en el uso de la coma en relación con los complementos circunstanciales de la oración. A continuación revisaremos cuándo el empleo de este signo ortográfico es aconsejable y cuándo se puede prescindir de él.

En el sistema de la lengua española, la construcción de una oración no está sometida a reglas rígidas. No obstante, el orden lógico (sintagma nominal sujeto y sintagma verbal) determina la ubicación de los componentes de una oración según su función gramatical y, según Onieva (Curso de básico de redacción, 1991: 57),  organiza el pensamiento con claridad y exactitud. Por lo tanto, los circunstanciales son complementos que, si bien modifican al verbo y solo le aportan información accidental (circunstancias de tiempo, lugar, causa, compañía, modo, compañía, etc.), no se aíslan por comas cuando se posponen al verbo: Viajé a Brasil con mi hermana y unas amigas; Te estuve esperando durante todo el día. Sin embargo, solo si quien escribe pretende presentar ese complemento como incidental o accesorio, puede aparecer aislado por comas (Ortografía de la lengua española, 2010: 317): Me llamó después de mucho tiempo, exactamente en mi cumpleaños; Me llamó, exactamente en mi cumpleaños, después de mucho tiempo.

No obstante, todos, sin exclusión, alteramos el orden lógico de la construcción oracional tanto en el plano oral como en el escrito. Esta modificación responde a necesidades expresivas y, en la mayoría de los casos, a razones estilísticas. Al respecto, Martín Alonso, citado por Amílcar (Op. cit., p. 71), afirma que “no es solo la lógica de la frase, ni siquiera la claridad de los conceptos, lo que determina el orden constructivo de un período o de una cláusula. Intervienen otros elementos ajenos a las leyes del juicio lógico, relacionados estrechamente con la psicología del lenguaje”. Por esta razón es que, con frecuencia, construimos oraciones en las que el complemento circunstancial precede al verbo; además, la gran libertad de estos circunstanciales, es decir, su poca dependencia del verbo, permite invertir el orden lógico de la estructura oracional sin que se altere el sentido de la frase. Por ejemplo, la expresión “A plena luz del día, los delincuentes asaltaron a los cambistas” tiene tanto sentido como “Los delincuentes asaltaron a los cambistas a plena luz del día”. Sin embargo, en estos casos, cuando los complementos circunstanciales anteceden al verbo, van seguidos de una coma: Pese a todas las medidas de prevención, los daños fueron considerables; A plena luz del día, los delincuentes asaltaron a los cambistas. Cabe añadir, no obstante, que es aquí donde aparece una interrogante: ¿Es imprescindible la coma?

Por otro lado, la Ortografía de la lengua española (2010: 317) señala que “es un error considerar que debe escribirse coma sistemáticamente detrás de los complementos circunstanciales que preceden al verbo”, pues esta creencia equivocada justifica su presencia al considerarla señal del cambio que se ha producido en el orden regular de las estructuras de un enunciado. Expone, asimismo, que “no existe un orden natural fijo de los constituyentes de la oración que dependan de las funciones sintácticas”. Realmente, la organización  de los constituyentes se relaciona con la estructura informativa más lógica. Por lo tanto, ante la interrogante ¿A dónde viajarán?, la respuesta natural será Viajaremos a Puerto Rico; en cambio, ante la pregunta ¿Cuándo viajarán a Puerto Rico?, el orden natural de la respuesta será En verano del próximo año viajaremos a Puerto Rico, sin que sea necesario colocar la coma después del complemento circunstancial. En este último caso, se puede observar que el hecho de que el complemento circunstancial se ubique antes del verbo no significa ninguna variación del orden natural de las estructuras del enunciado.

Pese a lo mencionado anteriormente y al hecho de que en la mayoría de estos casos las comas son opcionales, su presencia es conveniente para organizar la estructura de la oración, evitar ambigüedades y, así, facilitar la comprensión del mensaje. Por ejemplo, la coma en la expresión “En ciertas circunstancias como esta, su presencia es necesaria” hace más ágil la captación del mensaje. Asimismo, como señala la Ortografía de la lengua española (2010: 316), “hay factores de diverso tipo que favorecen la escritura de coma para delimitar los complementos circunstanciales antepuestos, como la longitud y complejidad del complemento, su carácter más o menos periférico con respecto al verbo o la intención de quien escribe”.

Por  lo tanto, se recomienda escribir una coma cuando el complemento es extenso o complejo: En esos momentos de total incertidumbre, no pude tomar una decisión; En estas épocas de intenso fervor religioso, las personas suelen reflexionar más; Pese al descontento de todos, no se tomaron medidas correctivas. En cambio, cuando el complemento es breve, es preferible no colocar coma: En la biblioteca se puede estudiar tranquilamente; En breve te estaré enviando el documento. Asimismo, es aconsejable escribir una coma cuando el complemento circunstancial introduce referencias, generalmente de tiempo o de lugar, que enmarcan todo el enunciado: En mayo de 1970, Yungay (Pisco) se convirtió en el escenario de una catástrofe sin precedentes; En Ankara, el atentado dejó un saldo de al menos 37 muertos y 25 heridos. Se suele colocar coma para aislar una información circunstancial a la que se quiere dar importancia en el discurso (por ejemplo, para oponerla a otra: Desde mi ventana, se aprecia mejor el jardín; Por las mañanas, estudia; y, por las noches, escribe. También se recomienda escribirla para aislar el complemento circunstancial cuando se inserta en un enunciado complejo: El periodista que entrevistó al candidato cuestionado manifestó que, la próxima semana, dará declaraciones. Por último, también pueden aislarse entre comas los complementos circunstanciales que se intercalan entre el verbo y uno de los complementos por él exigidos: Mis amigos ingresaron, la semana pasada, a las mejores universidades del Perú.

Recuerde, estimado lector, que si bien, muchas veces, la decisión de considerar u omitir la coma después de los complementos circunstanciales antepuestos al verbo depende también de la preferencia por un estilo de escritura trabado (En medio de la gresca, se encontraban dos menores de edad) o por un estilo fluido (En medio de la gresca se encontraban dos menores de edad), el criterio que deberá predominar en la redacción es el que corresponde a la comprensión del mensaje. Y es que, por ejemplo, En ciertas construcciones extensas y complejas como esta, la coma siempre será oportuna.

Cynthia Briceño Valiente
Universidad de Piura

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