Empoderar

Por , publicado el 7 de diciembre de 2015

diadelaniña

Hace unos días se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que busca concientizar y sensibilizar a la población mundial acerca del peligro que supone consentir o ignorar el maltrato a la mujer, idea que se transmitió también este año en la celebración del Día de la Niña, que tuvo como lema “Empoderar a las adolescentes: poner fin al ciclo de la violencia”.

Además del loable objetivo, llama nuestra atención el verbo empoderar, que de un tiempo a esta parte lo encontramos por doquier: lo usa el presidente y la primera dama, lo usa el ministro, también el directivo de una empresa, el gestor cultural, el encargado de una ONG, el profesor del aula…; en fin, por donde se mire.

Este verbo es de vieja data en español: lo recogía ya Covarrubias (1611) como ‘dar en poder o entregar’, uso que en el Diccionario académico de 1925 se registra como arcaico a favor de apoderar, que es el que se sigue empleando actualmente. Sin embargo, aunque alguna relación guardan entre sí, no es ese el sentido que en el lema anterior se le da.

El empoderar actual y el sustantivo empoderamiento son calcos de dos palabras inglesas: empower y empowerment. Su uso es frecuente en el discurso de reivindicación de los derechos de la mujer y de los pobres o de comunidades vulnerables a quienes se les brinda herramientas, capacitación, ayudas que les permitan superar las dificultades o puntos débiles detectados. Así se aplica, entonces, en el lema de arriba: que las adolescentes sean capaces, desde temprana edad, de reconocer lo que califica como violencia (gritos, insultos, golpes, celos desmedidos…) y poner freno a ello.

Dada su plena vitalidad en el ámbito panhispánico, la última edición del diccionario académico (DLE, 2014) lo ha incluido también, definiéndolo como ‘hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido’, lo que se recogía ya en el Diccionario Panhispánico de Dudas (2005) como ‘conceder poder [a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente] para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida’. Es un verbo que surge en textos relacionados con la sociología política y de ahí da el salto a los medios de comunicación, que es, como se sabe, un gran difusor de novedades lingüísticas.

En cuanto a su forma, empoderar se usa como verbo transitivo (‘empoderar a alguien’) o como pronominal, con valor reflexivo (‘empoderarse alguien a sí mismo’), como reflejan estos ejemplos: «Estufas ecológicas empoderan a mujeres indígenas»; «Mujeres que se empoderaron y desean transmitir su experiencia al Mundo».

Sin embargo, el riesgo con las palabras de moda es que se empiezan a usar para todo y en todo, porque “suenan” o “quedan bien”, lo que da lugar a usos anómalo. Así, en «Mundo Jurásico se empoderó de las taquillas», en el que claramente se percibe una interferencia con el verbo apoderarse (de algo), que es lo que realmente se quiere decir: que Mundo Jurásico se apoderó de las taquillas, que es líder en ventas. No se habla de un empoderamiento en el sentido que ya se ha comentado antes. Asimismo, en «Jóvenes se empoderaron del centro nuclear alteño» se percibe un uso anómalo de la preposición de, quizá también por interferencia con apoderarse. El cuerpo de la noticia señala: «Las promociones de 12 unidades educativas del distrito municipal 8 se apoderaron ayer con firmeza del proyecto para el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear a construirse en la ciudad de El Alto en los próximos cuatro años…» y más adelante: «Los jóvenes de El Alto defenderemos este proyecto que implementará aplicaciones en las áreas de salud, agroindustria, ciencia y tecnología, además del sector académico». Está claro que el verbo empoderar no debería aplicarse en esta oración ni tampoco apoderarse, que conlleva un sentido negativo, de ilicitud, y no es el caso. Lo más apropiado en esta oración hubiera sido defenderán, lucharán por conseguir, apoyarán la creación del centro nuclear alteño.

 

Shirley Cortez González
Universidad de Piura

Imagen: http://www.un.org/es/events/girlchild/2014/index.shtml

Un comentario

  • Bzcenci dice:

    La palabra “empoderar” siempre me pareció una traducción (bastarda) del inglés “empower”, ahora debo admitir que era una palabra castellana de veras. Me parece muy fea y yo la reemplazaría por “conceder” u “otorgar” o “adjudicar” poder, como se ha dicho siempre en español (apoderar me suena distinto) . Pero es inútil remar contra la corriente, sobre todo si la Academia ya la ha aceptado. (La Academia está mostrando una diligencia que antes no tenía para aceptar palabras que corren, ¿tendrán todas futuro?). Lo del Mundo Jurásico empoderándose de las taquillas es una barbaridad aún peor, pero a lo mejor persiste, quién te dice. La palabra tendría que estar restringida al ámbito de la sociología y la ciencia jurídica pero no podemos gobernar la forma en que la adopta el común de la gente.

Deja un comentario

×