El tiempo más allá de las flexiones verbales: el caso de llevar 

Por , publicado el 9 de febrero de 2022

Parece increíble pensar que llevamos casi dos años en un estado de emergencia sanitaria causada por la COVID-19. A pesar de ello, hemos logrado adaptarnos a una nueva realidad que exigió replantearnos nuestro modo de vivir, sobre todo a revalorar el tiempo que tenemos y empleamos. Desde el punto de vista gramatical podemos expresar el tiempo a través del sustantivo: El verano pasado fue espectacular, del verbo: Llevo aquí desde las cuatro y del adverbio: Ayer llovió muchísimo. Sin embargo, ese valor temporal puede manifestar semejanzas entre el sustantivo y el adverbio, pero diferir del verbo.

La expresión de tiempo en el sustantivo y en el adverbio se logra desde el punto de vista semántico. En el caso del sustantivo, el tiempo es una representación conceptual (víspera, siglo, verano) y en el adverbio, el valor temporal puede ser referencial (anteriormente, después, a la vez, ayer), de duración (brevemente, siempre) o de frecuencia (diariamente, esporádicamente, nunca). No obstante, el verbo tiene la capacidad inherente de manifestar el tiempo a través de sus flexiones correspondientes al presente (llevo), pasado (llevé, he llevado) y futuro (llevaré, habré llevado). Además, sabemos que las palabras en español adquieren diversos significados de acuerdo con el contexto.

Si bien en este espacio no reflexionaremos sobre estos aspectos, explicaremos que el verbo llevar, por ejemplo, es capaz de resaltar la duración de una acción desde el pasado hasta el presente. Si analizamos con atención la expresión Ese camino lleva a la ciudad notamos que llevar significa ‘conducir algo desde un lugar a otro alejado de aquel en que se habla o se sitúa mentalmente la persona que emplea este verbo’ (DLE, 2014); por otro lado, en Ese camino lleva años sin asfaltar, el verbo llevar tiene un significado temporal. Aunque en ambos casos se presentan las mismas flexiones verbales, debemos notar que el significado varía debido al contexto.

En efecto, el significado temporal de llevar se puede usar con expresiones de lugar (en Lima, en la universidad, allí), participios (enamorado, reunido, jubilado) y adjetivos (enfermo, roto, vacío). Por ejemplo: Llevo dos días en Piura [llevar + período de tiempo]; Lleva enamorado desde que lo conozco [llevar + participio + desde que + momento], El sofá lleva roto desde que nos mudamos de casa [llevar + adjetivo + desde + momento]. Debemos advertir que, en la expresión de lugar, el participio y el adjetivo pueden ubicarse antes o después de la expresión de tiempo sin que varíe el significado: Solo lleva una semana en esta empresa / Solo lleva en esta empresa una semana.

Entre otras construcciones similares a este uso, encontramos aquellas que se forman con infinitivo y gerundio. Así tenemos las estructuras: [llevar + gerundio (desde) + periodo de tiempo] y [llevar + sin + infinitivo + periodo de tiempo]. Por ejemplo: Lleva durmiendo 12 horas; Llevamos esperando desde las 3; Llevo sin ir al cine más de un año. Al igual que en la advertencia anterior, en estas estructuras la acción puede ir antes o después de la expresión de tiempo: Lleva preparándose para la competencia seis meses/ Lleva seis meses preparándose para la competencia. 

Recordemos que para dotar a los verbos de un valor semántico diferente es necesario analizar los complementos y el contexto en el que los utilizamos. En el caso del verbo llevar, el significado temporal presenta construcciones gramaticales concretas que debemos saber utilizar. A propósito, ¿cuánto tiempo creen que nos llevaría aplicar correctamente estas estructuras?

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