En lo alto de la sierra piurana, donde los caminos se pierden entre montañas y las oportunidades suelen parecer lejanas, cerca de dos mil pobladores de los distritos de Sícchez, Jililí y de los centros poblados de Ambasal y El Sauce (provincia de Ayabaca) han encontrado un nuevo horizonte de esperanza. Por Jovita Trelles.

En un contexto marcado por profundas brechas sociales y económicas, surge el programa “Desarrollo rural sostenible del Corredor Andino Fronterizo con Ecuador (Sícchez, Jililí, Ambasal y El Sauce, de la provincia de Ayabaca, Piura-Perú) mediante la mejora de la calidad educativa pública rural con equidad, economía familiar, capacidad de gestión institucional de sus organizaciones de base y del gobierno local y revalorización del rol de la mujer en el desarrollo familiar y comunal”.

Lo lideran la Asociación Civil FIAD y la UDEP, con el apoyo de la Generalitat Valenciana, la Fundación Mainel; la colaboración de las municipalidades de Sícchez y Jililí; y la participación de la UGEL Ayabaca. Se busca impulsar el desarrollo sostenible de este corredor andino mediante una educación participativa y de calidad, el fortalecimiento de su principal cadena productiva, el liderazgo local y la equidad de género como pilares del bienestar y progreso de la población.

Y, los resultados ya se sienten

En 24 meses de ejecución, el programa viene contribuyendo significativamente a mejorar la calidad de vida de la población de la zona de intervención. Niños y jóvenes acceden a clases en mejores condiciones, con docentes más capacitados y comprometidos con su labor educativa, que participan en el Diplomado “Innovación Educativa en Escuelas Rurales”. Los padres de familia están cada vez más involucrados en la educación de sus hijos, a través de su participación en las escuelas de padres.

“Mi hija siempre se esforzó por destacar en el colegio. Cuando supimos de la academia preuniversitaria del programa, se inscribió de inmediato. Volvía a casa motivada, especialmente tras la pasantía en Piura. Los profesores la apoyaron mucho, y también a nosotros como familia. Gracias a ese esfuerzo, hoy estudia con una Beca 18, del Pronabec, en la Universidad de Piura. Nunca imaginé que algo así fuera posible. Este programa ha transformado nuestras vidas”, cuenta con orgullo Elva Ramírez, madre de Evelyn Tinta, quien se preparó en la academia.

Asimismo, 110 productores y productoras de panela vienen mejorando la economía de sus familias, gracias a la asistencia técnica especializada en cultivos de caña de azúcar y a las mejoras tecnológicas que el programa implementa en sus módulos productivos. Además, se ha fortalecido la participación de las mujeres en sus comunidades y se promueve su presencia en espacios de decisión y liderazgo comunal.

“El mayor problema de nuestro módulo era el consumo excesivo de leña y la lentitud en el proceso para obtener las mieles, lo que generaba mayores costos de producción. Hoy, se ha repotenciado nuestra hornilla; y, podremos producir más panela en menos tiempo, sin utilizar más leña. Esta mejora representa para nosotros más ingresos y una mejor calidad de vida para nuestras familias”, señala Zenobio Alberca, productor del módulo panelero San Marcos, en Sícchez.

El programa Corredor Andino Fronterizo constituye una experiencia innovadora de articulación entre actores locales, la academia y la cooperación internacional. Su metodología participativa y su énfasis en la sostenibilidad lo convierten en un modelo replicable en otros contextos rurales del país.

Jorge Viera, coordinador general del programa, por la UDEP, afirma: “Nuestro objetivo es acompañar a las comunidades en su proceso de desarrollo y brindarles herramientas concretas para que puedan generar cambios sostenibles a lo largo del tiempo”.

El programa demuestra que el desarrollo sostenible se construye desde lo local, con participación de la comunidad y un acompañamiento técnico constante. Historias como las de Evelyn, Zenobio y de familias de la sierra piurana son prueba de que el trabajo conjunto sí da frutos.  

 

Para saber

• 35 centros poblados de Sícchez, Jililí, Ambasal y El Sauce (Ayabaca) están en la zona de intervención del programa.

• 75 docentes de 23 escuelas rurales fortalecen sus capacidades en un diplomado.

• 100 jóvenes —muchos son los primeros de su familia en aspirar a la universidad— han recibido preparación gratuita en academias preuniversitarias.

• 6 escuelas se han convertido en espacios de aprendizaje, gracias a microcentros de formación continua.

• Más de 30 funcionarios públicos de 8 distritos del corredor asisten a un programa para fortalecer sus capacidades de gestión pública.

• 4 módulos de producción de panela han sido repotenciados energéticamente.

• En 55 hectáreas de caña de azúcar, se mejora la calidad y rendimiento de los cultivos.