Desde mi segundo año en la universidad, integro el Taller de violín y la Orquesta Sinfónica de la UDEP, aunque tenía nociones básicas del instrumento desde antes.

Pertenecer al taller me ha permitido aprender que, para generar un buen sonido, es muy importante la técnica y, además, la práctica diaria; algo que no es fácil de mantener cuando se tienen como prioridad las asignaturas de carrera.

Sin embargo, siempre trato de organizarme para asistir a las clases semanalmente y practicar en los periodos de descanso de mis deberes universitarios.

La constancia también es importante, para dedicarle tiempo cada día; y, sobre todo, tener paciencia cuando no logras interpretar bien un ejercicio.

Disfruto de tocar el violín y, aunque me falta mucho por aprender, es algo que tengo como objetivo. Agradezco que la universidad ofrezca estos talleres que influyen en nuestra formación humanística. Si tenemos una pasión o meta, debemos dedicarle tiempo y esfuerzo. No obtendremos resultados rápidamente, pero con disciplina, constancia y paciencia los podremos alcanzar. Como dijo San Josemaría Escrivá: “Hay que hacer un trabajo bien hecho, no hay que hacer chapuzas (…)”.