Después de 32 años, Teresa dijo “hasta luego” a la familia que forjo en Campus Piura. “Me voy feliz por lo que he logrado. Doy gracias a Dios porque, aunque hay nostalgia, me voy tranquila y con muchos buenos recuerdos”, dijo.

Llego a la UDEP en 1990. En la Oficina de Servicios Operativos, destacaba como una persona alegre y risueña, siempre dispuesta a ayudar y llevar animo a todos al inicio de la jornada laboral.

Por su parte, luego de 12 años en la Secretaría Académica de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Maria Inés (Marinesa) se jubila, agradecida por “la oportunidad y la confianza” recibidas.

Comenzó a trabajar en Campus Lima el 2010, como asistente en la secretaria. Dijo sentirse orgullosa de haber pertenecido a “una gran familia, en la cual cada trabajador es una pieza importante y aporta, trabajando con responsabilidad y cariño, sintiéndose parte integral de la universidad. El ambiente es magnífico; los voy a extrañar”, expresó.

Hasta hace poco, desde hacía 34 años, Ciriaco recorría a pie o en caballo el campus de Piura. Empezó su labor en 1988, cuidando con esmero las lagunas de oxidación, las instalaciones del radar y todo. Hoy, “el jinete del campus”, ha empezado una nueva etapa.

Comento que se iba tranquilo, porque gracias a su trabajo pudo dar una buena educación a sus hijas “Me voy con la frente en alto porque he cumplido responsablemente con mis labores y, con ello, he podido dar sustento a mi familia”, recalcó.