En la víspera del centenario de su nacimiento, colegas, estudiantes, familiares y amigos asistieron al homenaje en memoria del autor de la primera Lección inaugural pronunciada en la UDEP (1969) y de quien, dijo la doctora Ruth Rosas, presento el proyecto de la naciente universidad a múltiples personalidades del mundo intelectual y político, y facilito contactos y apoyo material para darle forma.

El decano de Humanidades, doctor Enrique Banus, señaló que, si la justicia es dar a cada quien lo suyo, a don Jose Agustín la universidad le debe agradecimiento y un recuerdo entrañable.

 

Un maestro entrañable

La doctora Elizabeth Hernández destaco sus dotes de maestro, pues fue su alumna en el primer año de carrera. Recuerda con cariño el respeto y sinceridad de su trato amable y delicado. Su influjo trascendió la época universitaria convirtiéndose en un referente clave de investigación y, en general, en un ejemplo de vida a seguir, comento.

Uno de los últimos alumnos que recibió charlas del doctor De la Puente, el doctor Carlos Hugo Sanchez, indico que ha dejado su huella en la enseñanza de la Historia. Y, su ultimo asesorado (en su tesis de licenciatura), doctor Patricio Alvarado, profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, recuerda vívidamente su profundo respeto, interés genuino, generosidad y buen trato, incluso en el disenso. La doctora Margarita Guerra, también de la PUCP, alumna y, posteriormente, colega del

doctor De la Puente, remarco el profundo amor por el Perú que se vislumbraba en las clases que dictaba y las investigaciones que emprendía. Sus temas predilectos fueron la Emancipación y la Guerra con Chile, señaló.

 

Su amor por el Perú

La doctoranda Leticia Quiñones, quien trabaja el archivo personal del doctor De la Puente y lo asistió en la preparación de sus clases y organización de sus publicaciones, destaco su obra historiográfica que comprende el tiempo precursor, la Independencia, el tiempo republicano y, especialmente, la Guerra del Pacifico.

Su hijo mayor, el doctor Jose de la Puente Brunke, refirió que su padre combino el rigor académico con el amor por el Perú. Al respecto dijo: “El Perú no era un simple objeto académico; el hablaba de la persona del Perú, un objeto de amor”, afirmo.

Al final del acto, el rector Antonio Abruna, quien compartió su vida en la universidad y estrechos vínculos de amistad con el homenajeado refirió que le ilusionaban “el espíritu de estudio y de trabajo, la dedicación a la vida universitaria plena, y la esperanza en la formación de hombres con espíritu crítico, con jerarquía de valores y virtudes morales”, que asumía iban a ser pilares en la UDEP.

“Su amor por el Perú, su grandeza de espíritu, su talante humanista y cristiano, el respeto incondicional por la persona son rasgos de su personalidad que ennoblecen a nuestra comunidad universitaria, de la que el formo parte”, concluyó.