Gerardo Castillo es médico cirujano por la Universidad Nacional de Trujillo, especialista en Ginecología, por la Clínica Universitaria de Navarra; doctor en Medicina por la Universidad de Navarra, y MBA por la Universidad de Piura.

Comenzó a trabajar en la universidad en 1989, cuando el ingeniero Ramon Múgica, a quien ya conocía desde su época escolar, lo invito a ser parte del Centro Universitario de Medicina Preventiva (CUM), proyecto financiado por la Cooperación Italiana; aunque al principio, dice, no se mostró muy animado, decidió quedarse y ser parte de ese proyecto junto con el doctor Jorge Saldaña.

Dirigio el CUM desde 1994 hasta el 2001, tiempo en el cual decidió llevar la salud a Los Ejidos del Norte, La Mariposa, Ejidos de Huan, La Palma, El Molino, Santa Sara, El Cerezal, San Juan de Curumuy, Curumuy Lagrimas y San Fernando Olivares, caseríos del Medio Piura. Allí se construyeron 10 postas médicas, para fortalecer la atención primaria de salud, labor que se realizó en convenio con la Dirección Regional de Salud de Piura y la cooperación internacional.

El 2009, trabajo un proyecto, premiado por la Fundación Telefónica, porque logro reducir la tasa de desnutrición del 46 % al 8% en estas comunidades. Gracias a este trabajo los gobiernos local y nacional y los empresarios decidieron trabajar de forma conjunta en beneficio de los que menos tienen.

Desde el 2006 es director del Área Departamental de Ciencias Biomédicas, que brinda atención estudiantes y trabajadores, así como apoyo a algunas postas médicas.

“Seguimos orientados a llevar la salud a todos, con campanas médicas, convenios con establecimientos de salud y con el Ministerio de Salud”, expresa.

Exigente y preocupado por los demás

El doctor Castillo comenta que lo que más valora de su trabajo en la universidad es que lo dejan trabajar con libertad, sin dejar de lado el cuidado del ambiente de trabajo y los principios y valores que se viven, con los que el comulga.

“La UDEP es el mejor sitio para trabajar y desarrollarte; se preocupan por mí y por mi formación. Además, hay un ambiente laboral que no lo cambiaria por nada, porque vengo a trabajar con ganas. Todo esto hace que me sienta contento”.

Quienes trabajan o han trabajado con el destacan que tiene un gran sentido del orden y exigencia para realizar un trabajo bien hecho, sobre todo de servicio a los menos favorecidos. Por eso, aprovecha su tiempo al máximo para actualizarse, plantearse nuevos retos y nuevos proyectos.

Siempre está preocupado por el trabajo de las personas de su entorno para que estén a la altura del servicio que ofrecen a los pacientes, tanto de la comunidad universitaria como de las personas del exterior pues, afirma, se les debe atender con calidad y calidez. A pesar de su figura de autoridad, Gerardo Castillo siempre está atento a la demanda de las necesidades personales y familiares de los demás.

EL MÉDICO DE HOY

Para el doctor Castillo, es necesario que el medico de hoy no pierda la ética y la moral profesional que, lamentablemente, ya no se ensena en las universidades, a excepción de la nuestra. Asimismo, sostiene que muchos de estos profesionales ya no ejercen la carrera con vocación de servicio sino por lo rentable que pueda ser.

“Si todos los médicos que hemos estudiado de forma gratuita en una universidad nacional, diéramos un poquito de tiempo a la gente que más lo necesita, todo el sistema y la calidad de la salud cambiarían”, acota.

Además, subraya que es importante que se siga fortaleciendo la primera línea de atención (la atención primaria de salud) con equipamientos adecuados, buenos profesionales, modelos de gestión y participación de la comunidad.